Silván se expresó en estos términos en el foro organizado por Nueva Economía Fórum, en el que fue presentado por el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, preguntado por la situación política nacional en un acto al que asistieron varios dirigentes socialistas, entre ellos, el alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente.

“Dos no dialogan si uno no quiere”, lamentó Silván para alegar que es “muy difícil entenderse con quien no quiere hablar”. “Es el momento de bajar a la realidad y aplicar el diálogo no de postureo, sino real para poder tomar decisiones”, planteó.

El alcalde de León defendió que la “puerta” del diálogo va a estar “permanentemente abierta por parte de Rajoy hasta que los tiempos manden”. “Ojalá algunos que hablan de diálogo, lo apliquen”, confió.

”UN NÚMERO MÁGICO”
Silván defendió que Rajoy dio muestras de “responsabilidad” y “compromiso” al declinar la oferta del Rey para asistir al debate de investidura y alegó que para qué iba a generar “unas expectativas que la aritmética” no le iba a permitir cumplir.

“Hay una cifra y un número mágico, 175 (diputados), y consideró que no llegaba, otros han creído que sí y se están dando cuenta que les faltan números para llegar al número mágico”, afirmó en relación al pacto que hoy firmarán los líderes del PSOE y Ciudadanos, Pedro Sánchez y Albert Rivera, y a la necesidad de sumar una mayoría absoluta que lograrían con 176 escaños.

Silván argumentó que Rajoy, por el contrario, ha defendido el diálogo que pasa por un Gobierno de coalición con PSOE y Ciudadanos desde el pasado 21 de diciembre e insistió en que se siente “muy orgulloso de pertenecer al PP”. Durante su intervención, Silván subrayó que “lo más importante para firmar grandes acuerdos es ansiar grandes objetivos”.

Preguntado expresamente por las diferencias que la Junta de Castilla y León y el PP regional tuvieron con el Gobierno de Mariano Rajoy en relación a la política del carbón, Silván reconoció que, a veces, se interpretó que no había “empatía” desde el Gobierno central y defendió que Castilla y León tenía que “reivindicar” su posición porque la minería está en “su ADN”. “Exigencia sí, pero lealtad siempre”, afirmó.