"Dios nos libre de que alguien desmantele el imperio americano"

Jordi Pujol en el Foro de la Nueva Sociedad

"Dios nos libre de que alguien desmantele el imperio americano"

Con el patrocinio de Caja Navarra y Fundación Once

MADRID, 19 de noviembre. El ex presidente de la Generalitat de Cataluña Jordi Pujol aseguró hoy que esta crisis "no debe ni va a representar el fin del capitalismo" y expresó un deseo: "¡que Dios nos libre de que alguien desmantele el imperio americano!". Pujol hizo estas manifestaciones en el Foro de la Nueva Sociedad, organizado por Nueva Economía Fórum con el patrocinio de la Fundación ONCE y Caja Navarra, donde recordó el sonado desmantelamiento del imperio ruso a manos de Gorbachov que, en su opinión, "se hizo mal".

Para el veterano dirigente catalanista, la caída de Estados Unidos como primera potencia mundial provocaría una "falta de liderazgo" que sería "perjudicial para todos" y que no contribuiría a salir más rápido del colapso económico.

En estos momentos de incertidumbre "se trata de proteger al capitalismo y al mercado de sí mismo, de sus excesos" y no de liquidarlo en favor de un modelo sin definir del que Pujol desconfía.

Parafraseando el titular del reportaje aparecido en The Economist, que tanta polémica ha generado en Cataluña, Pujol afirmó que "se acabó la fiesta" del crecimiento económico fácil y rápido, sólo basado en el crecimiento del consumo y en el sector inmobiliario.

Ahora, se hace necesario abordar una etapa de "solidez" y consolidación de la competitividad. En ese sentido, admitió que el Gobierno tendrá que "recurrir al déficit" para salvar la crisis, aunque debe hacerlo "con precaución" y centrándose en inversiones en infraestructuras para "garantizar que en el futuro seremos más competitivos".

Pujol explicó que, en los primeros compases de la crisis, el Gobierno español ha tenido "cierta lentitud en la reacción" y ha sufrido "desconcierto". Reconoció que el sistema bancario nacional "es sólido" pero advirtió que "está paralizado y no actúa. Es como si no existiese".

Pese a esta crítica, el ex presidente de la Generalitat consideró que la reacción internacional ha sido "buena" y probablemente logrará "evitar una recesión catastrófica" como la del 29.

En el caso español, reconoció que España ha mejorado notablemente en los 30 años de democracia y alertó de los "nubarrones" que acechan el presente, entre los que citó el contencisoso religioso, un exceso de bronca política, la crisis económica y el "chirriar institucional" que hace que algunos de los pilares del Estado estén desprestigiados.

Pujol insistió en que en la sociedad española hay un "esceso de arrogancia y suficiencia" propia de nuevos ricos, que comporta en sí mismo un importante "riesgo de batacazo".

En ese sentido, puso como ejempo a Italia, que también protagonizó una fase de intenso crecimiento económico y que por "un fallo de la política" malogró su modernización y crecimiento.