Sánchez presentó al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, en el desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum.

Aprovechó su breve intervención al comienzo del acto para asegurar que respeta la opinión de González pero discrepa de ella.

Un ciudadano, y más uno que se hacía llamar “muy honorable” y que reconoce haber defraudado a Hacienda durante décadas se puede denominar como se quiera, dijo, “pero para mí es corrupción”.

Al margen de ese caso, reiteró su posición sobre la tensión territorial en Cataluña y su respaldo al papel del PSC, del que subrayó las coincidencias con el PSOE más allá de discrepancias.

Apeló a tender puentes y no a levantar muros porque las víctimas siempre son “los ciudadanos rasos”, y a huir de la desconfianza que siembran quienes pretenden esconder los problemas “atacando a otros”.

Pedro Sánchez apeló a principios “repetidos cientos de veces” y que siguen vigentes, como que “destruir resulta mucho más fácil que construir” y que los políticos deben ser conscientes de que “sumar siempre es mejor que restar”.

Valoró que Iceta “es de esos”, que en tiempos “tan rápidos” saben eludir “ideas de consumo inmediato” y buscar la reflexión constructiva.

De secretario general del PSOE a primer secretario del PSC, le formuló de forma retórica tres preguntas: si hay acuerdo entre ambos en que Cataluña tiene que seguir siendo parte de España, que la consulta planteada por Artur Mas conduce a un “callejón sin salida”,
y si es necesario reformar la Constitución en un sentido federal.

Aunque cada cual es “libre de marcar diferencias de matiz” entre el PSOE y el PSC, subrayó que esas coincidencias son “más que suficientes” para saber que existe un proyecto compartido por encima de las discrepancias.

”Es hora de que los hijos de la democracia”, afirmó, puedan vivir lo que experimentaron en su día los padres de la Constitución, y escriban “sin miedo, con responsabilidad y con ilusión” el futuro que quieren compartir.

”Sin miedo”, dijo, porque “el auténtico riesgo” no está en reformar la Constitución de forma dialogada, sino “en no hacer nada o en romperlo todo”.

Con responsabilidad, prosiguió, porque en democracia la ley solo puede ser modificada mediante la ley, y con ilusión porque “vamos a abrir un nuevo tiempo en el socialismo y en el conjunto del país”.

Aseguró que Iceta es un “líder imprescindible” para retomar el hilo de la convivencia y para llegar a ese “esfuerzo compartido que tanta falta hace”.

”Por muy alto que suenen el ruido y la furia” en los próximos días, sentenció, nadie como Iceta y el PSC para “escuchar a todos”, sobre todo a quienes tienen palabra “pero no altavoces”, siempre desde la voluntad de entendimiento.

Frente a la explicación “desalentadora y cómoda” de que la crisis se debe a “fuerzas que nos controlan y nos limitan a poco más que la frustración y la protesta”, subrayó que la forma en la que se responde a esa crisis “sí depende de nosotros”.

Sugirió, en ese sentido, que antes de la actual crisis ya hubo una “de valores” que poco a poco fue debilitando la confianza de los ciudadanos en sí mismos, al exacerbar el individualismo extremo, el culto al dinero rápido, el desinterés por el medio ambiente o la erosión de la solidaridad.

Antes de que “la palabra crisis lo ocupara todo”, dijo Sánchez, la cultura del trabajo y el esfuerzo ya había cedido ante la del “pelotazo”, y el futuro compartido ante el “sálvese quien pueda”.

Al iniciar su intervención, Iceta dejó claro que responde afirmativamente a las tres preguntas que le había formulado Sánchez, e incluso ironizó con la situación inversa a las tres negativas de San Pedro.

Aseguró varias veces durante su intervención que Sánchez es ahora mismo “quien más está haciendo” para resolver el problema de entendimiento entre Cataluña y el resto de España, y quien está trabajando “desde ya” para el día después de la consulta soberanista.