En su intervención ante el citado encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum, subrayó que Rajoy “sabe del leal apoyo” del PSOE a la Constitución y contra la consulta convocada por Mas.

Sin embargo, alertó, igual que dicen a Mas que debe cumplir la ley, también dicen a Rajoy que con la ley “no basta” para resolver un problema que es político, y que su “inmovilismo” supone echar “gasolina” al independentismo.

Recordó a Rajoy que es presidente del Gobierno, no solo del PP, y que su deber es tender puentes, no cavar trincheras.

Sánchez defendió la reforma de la Constitución de forma dialogada y acordada, no como “cesión” al independentismo sino con la convicción de que es “la mejor solución” para la unión y la posteridad de España.

Juzgó “irónico” que Rajoy pida al PSOE detalles de su propuesta desde un Senado “que no cumple con la función para la que fue creado” y que es percibido por los ciudadanos “con razón como una cámara inútil”, y se preguntó por qué el Gobierno rechaza para España el federalismo que sí defiende “con acierto” para la Unión Europea.

Los socialistas, aseguró, no tienen “ningún miedo” a que hablen los catalanes, pero rechazan que lo hagan mediante “atajos” y de forma contraria a la ley.

Aseguró, además, que no acepta “ninguna lección de democracia”, y que su intención no es impedir que los catalanes voten, sino que lo hagan, junto a los demás ciudadanos españoles, sobre un acuerdo.

Lo que el independentismo está planteando, insistió, es “primero fracturar a la sociedad con una votación, y después acordar los términos de esa fractura”.

Con ese escenario, expresó también su confianza en que Mas cumpla con su palabra y, por tanto, con la legalidad, y que a pesar “del ruido” de los últimos días “las cosas se serenarán”.

Sánchez mantiene su convicción de que la única solución pasa por una reforma de la Constitución con el mismo procedimiento que en 1978, no mirando “de reojo” a las demás formaciones políticas sino aprovechando los puntos de unión para emprender el diálogo.