En una edición de la tribuna informativa que organiza Nueva Economía Fórum convocada expresamente para analizar el resultado de los comicios, Michavila partió de que un 30% de los catalanes tiene cuatro abuelos catalanes, casi el 50% los cuatro oriundos de otras partes de España y el 20% restante mitad y mitad, y de que, del primer grupo, la mayoría es abiertamente independentista.

El presidente de GAD3 recordó en este sentido que CiU y ERC siempre habían conseguido mayoría absoluta de escaños en todas las elecciones autonómicas, hasta ayer, por lo que el resultado es un retroceso. Ahora, subrayó, estas formaciones necesitan a la CUP, que no sólo quiere salir de España sino también de la UE, y esto genera una situación muy complicada.

En ese sentido, Toharia considera “llamativo” que el presidente de la Generalitat no presente su dimisión a Convergència, tanto como que el Gobierno español no anuncie cambios políticos en su tratamiento de la cuestión catalana. El presidente de Metroscopia apostilló que los independentistas “han ganado las autonómicas” pero “han perdido las plebiscitarias”, y recalcó que el voto independentista ha pasado del 51% al 47% desde 2012.
El presidente de GAD3 apuntó en el coloquio que esto último, además, se ha producido cuando los independentistas votan sabiendo que tienen red debajo; es decir, que la secesión no será inmediata y, en todo caso, el apoyo a estas formaciones valdrá para que negocien mejor con el Estado.

Siguiendo con el análisis, Toharia llamó la atención sobre el hecho de que el nacionalismo catalán se haya “deslizado hacia la izquierda”, y auguró que el catalanismo moderado se reorganizará en un futuro, en torno a Unió Democrática de Catalunya, a quien cree que hasta ahora le ha perjudicado su “tacticismo” y haber esperado hasta el final para concurrir en solitario a las elecciones de ayer, en las que no logró representación.

Ambos expertos destacaron también, desde distintos puntos de vista, la fragmentación de la sociedad catalana. Michavila lamentó que en los últimos años se haya creado en Cataluña un conflicto identitario que antes no se veía como tal, y acusó en parte a políticos y medios de comunicación de fomentarlo, con un enfoque muy lejano del día a día de la gente. Con el resultado electoral cree que “ganamos tiempo para resolver un problema que ayer no se resolvió”.

Toharia recomendó en este sentido “desinflamar” la situación, porque con una sociedad sobreexcitada sentimentalmente como la catalana no se puede razonar, y acusó al Gobierno español de haber mantenido una actitud “miope, torpe y cortoplacista” ante el desafío soberanista, apelando únicamente a las leyes.

El presidente de Metroscopia incidió en otro aspecto de la fragmentación de la sociedad catalana cuando distinguió entre una Cataluña urbana y moderna, preferentemente no independentista, y otra rural en Lleida y Girona más tendente a la secesión. A su vez, el de GAD3 contrapuso que las clases con más nivel de renta y estudios suelen estar del lado de la independencia; los parados, en cambio, votaron por partidos no secesionistas, al contrario que en Escocia.