En el citado encuentro informativo organizado en Barcelona por Nueva Economía Fórum, Ramírez destacó que la UB no solo es motor económico sino también “la ocupación de alto valor añadido que origina”, y abogó por que la empresa privada invierta en la investigación universitaria porque “además de retornar es rentable”.

“Con más de 5.000 profesores, cerca de 7.000 investigadores, y 2.500 técnicos y personal administrativo, hemos conseguido que con un presupuesto base de poco más de 300 millones de euros, un impacto estimado de 1.800 millones de euros en términos del valor añadido bruto; y un multiplicador en términos del valor añadido bruto directo de casi de 6, mucho más alto que sectores como el automovilístico y otros sectores industriales que han sido motor de la economía del país”.

Ramírez añadió: “Una creación de riqueza equivalente al impacto que genera la Fira de Barcelona para la ciudad”.

El rector explicó que el 10% de los ingresos de investigación provienen de la empresa privada, una cifra que consideró “no suficiente”.

Asimismo, instó a las empresas a mirar a “largo plazo” ya que “la investigación básica genera más impacto que la investigación aplicada”. En este sentido, Ramírez destacó lo que él llama “el embudo de la innovación”, ya que “de cada siete ideas de innovación, solo una llega al mercado, de media”. Así pues ve necesaria una “relación más directa entre la universidad y la empresa”.

Una constante reclamación en la ponencia de Ramírez fue la del concepto de “autonomía”. El rector defendió que “la universidad se tiene que sentir responsable respecto a las misiones que la sociedad le encomienda” y por eso incidió en los conceptos de responsabilidad y autonomía: “La universidad solo será útil si es responsable y es autónoma”.