A su juicio, hay conseguir que "el mapa de los intereses geopolíticos coincida con el mapa del sufrimiento", para combatir de una manera eficaz la situación de los más vulnerables.

Para Paula Farias, cuando se hace una lectura "fatalista" y "catastrofista" de lo que ocurre en el Tercer Mundo, la respuesta que provoca es de "brazos caídos", dándose "la batalla por perdida", en lugar de ir al lugar y buscar soluciones. El problema es aún mayor cuando esa actitud, dijo, la tienen los países donantes.

Por otro lado, señaló que la obsesión por buscar respuestas a largo plazo deja de lado la necesaria reacción inmediata para ayudar a los más necesitados, porque se piensa que es "pan para hoy y hambre para mañana". En este sentido, recordó que, entre tanto, mueren muchas personas.

Farias reprochó la apropiación indebida que muchos hacen del concepto "ayuda humanitaria", cayendo en contradicciones. Por ejemplo, se habla de "diplomacia humanitaria", comentó, "como si la diplomacia no fuera política en estado puro" y cuando la ayuda humanitaria es, de por sí, desinteresada.

En su opinión, "el discurso de las grandes causas" tiende a simplificar las cosas. "El individuo pasa a ser la comparsa de una crisis que es más fácil simplificar que tratar de resolver", añadió.

Se habla de clanes, de los señores de la guerra, del caso, "pero nadie habla de las personas, del millón de desplazados internos", agregó la presidenta de MSF.