Cebrián explicó que la política de mitigación y adaptación al cambio climático es un “política transversal” que afecta a todas las áreas de la consejería y del Consell, y uno de los “mayores retos” que se afronta la sociedad, que no solo es un problema ambiental, sino también de “equidad”.

En esta línea, Cebrián lamentó en el acto organizado en Valencia por Nueva Economía Fórum que los acuerdos de la Cumbre de París adoptados recientemente para luchar contra el cambio climático no han sido “suficientes ni suficientemente vinculantes”, pero aseguró que la Generalitat Valenciana asumiría el reto, que se concretará en la “Estrategia Valenciana de Energía y Cambio Climático”.

Esta estrategia, que según Cebrián supondrá un “giro” a la política medioambiental del Consell, pondrá de manifiesto una “apuesta decidida” por las energías “renovables, limpias” y las pequeñas instalaciones para promover una “transición energética justa”.

Su intención es también que la Comunidad Valenciana y España lideren “la lucha internacional contra el cambio climático” porque, dijo, es una cuestión de “conciencia global”.

La consejera, que fue presentada por la vicepresidenta y consejera de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, hizo balance a las medidas que ya ha adoptado su departamento en este primer año de gobierno y avanzó algunas líneas estratégicas, como el “caminar hacia la economía circular en la gestión de recursos”; o “cambiar el foco de la oferta a la gestión de la demanda” en cuanto a la política del agua.

En el ámbito de la política hídrica, subrayó que ésta “no puede basarse únicamente en las infraestructuras” como los trasvases porque “no podemos estar continuamente pensando que el agua nos va a venir de fuera”, y abogó también por un “uso racional” del agua y el “ahorro”. “No queremos guerras del agua, ni demagogia, ni que se continúe enfrentando a territorio y usuarios”, pidió en este punto.

Otro objetivo fundamental a corto plazo para Cebrián es reducir el número de incendios y, a largo plazo, impulsar la “transición ecológica” de la economía, mejorando la formación de los agricultores y el sistema de innovación agroalimentaria y regulando un modelo “más justo” de relación entre productores y distribuidores a través de la Mesa de la Cadena Agroalimentaria que potencie “la singularidad, la regularidad, la calidad y la variedad” de la oferta de la agricultura valenciana.