
Así se expresó Joergensen en este evento organizado por Nueva Economía Fórum, donde analizó la evolución del mercado energético europeo desde el inicio del conflicto bélico en febrero de 2022 y en los meses previos, cuando Rusia empezó a recortar el envío de gas a Europa.
“El aumento sin precedentes del precio de la energía desde el otoño de 2021 requirió una respuesta rápida y una determinación clara para evitar el desabastecimiento”, señaló la directora, quien valoró que Europa actuó “unida y rápidamente para calmar a los mercados”.
Sin embargo, aunque incidió en la importancia de esta rápida actuación para dar una “respuesta de emergencia”, advirtió de “la necesidad de mirar más allá” y de aplicar nuevas políticas energéticas en el futuro que supondrán cambios estructurales.
También se refirió a la reducción de la demanda de gas lograda en el continente, que finalmente fue del 18% y en una cantidad equivalente a un tercio del gas que se debía importar de Rusia. Además, reiteró que “las renovables son la respuesta” a largo plazo porque se producen en Europa y recordó que existe el objetivo de que supongan el 42,5% de la producción en 2030.
“Tenemos que seguir en esta senda”, prosiguió Joergensen, quien defendió que existen “muchos incentivos” para facilitar la gran inversión que será necesaria.
Por último, destacó que “en esta situación sin precedentes se ha visto lo importante que es actuar todos juntos” y añadió que “lo que se ha hecho ha sido lo correcto para que Europa pueda salir de esta crisis más fortalecida, más unida y con mayor seguridad energética”.
“Estamos todo lo preparados que se puede esperar para el próximo invierno aunque seguimos inmersos en una crisis energética y los problemas todavía existen”, concluyó Joergensen, quien pidió “seguir ahorrando energía y ser más eficientes en la manera de utilizarla”.
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