Apunta que la crisis ya habitaba en España en los años de bonanza económica

El Secretario General de Cáritas esta mañana en el Foro de la Nueva Sociedad

Apunta que la crisis ya habitaba en España en los años de bonanza económica

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MADRID, 15 de marzo. El secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora, aseguró hoy en el Foro de la Nueva Sociedad, organizado por Nueva Economía Fórum en Madrid, que "la crisis ya habitaba entre nosotros" en los años de bonanza económica en España.

“Los años de mayor crecimiento económico en nuestra moderna España habían sido años donde la pobreza había persistido en torno al 20% y donde la desigualdad había aumentado. Teníamos un PIB mucho mayor, pero teníamos mayor desigualdad y se había mantenido la pobreza, incluso se había mantenido la pobreza severa en términos comparables hace muchos años atrás”, explicó.

En este sentido, apuntó que “no es aventurado decir que las consecuencias (de la crisis) para las personas más pobres van a continuar varios años azotando nuestra realidad” porque, a su modo de ver, “el modelo social que estábamos construyendo era injusto, asimétrico y desigual”.

Mora indicó que “la situación económica y social que vivimos en estos momentos no es fruto del azar”, sino que procede del “modelo social que hace poco tiempo aclamábamos como único y deseable para toda la humanidad”.

No obstante, subrayó que antes de la crisis había 963 millones de personas hambrientas, 10 millones de niños menores de cinco años morían cada año y alrededor de 200 millones de personas migrantes.

Para combatir los efectos negativos de la actual crisis económica, Mora propuso que se implanten “con valentía” programas de lucha contra la pobreza y la exclusión social.

”La pobreza y la exclusión social es el tema de nuestro tiempo. Cuando la mayoría de las personas de este mundo sufren los distintos embates de la pobreza y cuando muchas zonas de nuestro plantea están excluidas y olvidadas, no podemos mirar hacia otro lado”, apostilló. Además, afirmó que, “al menos en términos económicos, no debemos sustentar la salida de la crisis en los mismos procesos que la han producido”.

”Sin duda ninguna, la crisis no es exclusivamente económica. Vivimos una crisis de valores. Nuestra asignatura ética ha sucumbido a los cantos de sirenas de una sociedad individualista y consumista y las relaciones entre los seres humanos las hemos convertido en transacciones”, concluyó.