Durante su intervención en el Foro de la Nueva Sociedad, organizado por Nueva Economía Fórum, con el patrocinio de Caja Navarra y Fundación ONCE, Dueñas reiteró que los países más prósperos deben situar en su agenda política la situación de los refugiados.

“Las naciones más ricas del mundo deben considerar que la ayuda al refugiado no pasa solamente por la contribución económica, que es fundamental, sino que el reasentamiento de una parte de los refugiados en estos países del primer mundo debe ser un elemento de la agenda política, especialmente de aquellos refugiados cuya seguridad y bienestar se encuentran en mayor riesgo”, explicó.

Dueñas añadió que estos países del primer mundo deberían  garantizar “un retorno ordenado y exitoso de los refugiados a su país de origen”.

Además, señaló que la comunidad internacional tiene que afrontar otros dos retos respecto de la situación de los refugiados: garantizar la seguridad del personal humanitario y el derecho a asilo.

El presidente de Acnur España indicó que 2007 y 2008 fueron “dos años terribles” para los refugiados y que los conflictos en la República Democrática del Congo, Iraq y Somalia “han provocado un crecimiento exponencial de refugiados en el mundo”.

32 MILLONES DE PERSONAS

Por otra parte, Dueñas señaló que Acnur tiene actualmente bajo su protección y proporciona cobijo, alimentación, educación y sanidad a cerca de 32 millones de personas, entre refugiados, desplazados internos y apátridas.

Esta población, según destacó, supone el 75% de los habitantes de España y es superior a la de países como Canadá o Argentina.

Dueñas indicó que el 85% de estas personas son mujeres, ancianos y niños, un 45% tiene menos de 18 años, cerca de 300.000 no han cumplido los cinco años y la gran mayoría están en países en desarrollo, con especial mención a Pakistán (2 millones), Siria y Jordania (1,5 millones) y Kenia (500.000).

Por último, Dueñas aseguró que seis millones de refugiados llevan viviendo en el exilio más de cinco años “en campamentos sin libertad de circulacion, ni acceso a la tierra y sin un puesto de trabajo, en campamentos abarrotados sin apenas actividades en las que emplear su tiempo”.