Rodolfo Martín Villa aboga por dar títulos nobiliarios a Azaña, Alcalá Zamora y Antonio Machado

Desde la tribuna del Foro de la Nueva Sociedad, en su ciclo dedicado a los 30 años de democracia

Rodolfo Martín Villa aboga por dar títulos nobiliarios a Azaña, Alcalá Zamora y Antonio Machado

Con la colaboración de Caja Navarra y Fundación ONCE

MADRID, 1 de diciembre. El ex vicepresidente del Gobierno Rodolfo Martín Villa abogó hoy por "dejar las cosas como están" en lo que se refiere a la recuperación de la memoria histórica, aunque reonoció que es necesario dar sepultura a todos los muertos e incluso reconocer con títulos nobiliarios a los presidentes de la república, Manuel Azaña y Niceto Alcalá Zamora, o al poeta Antonio Machado. Martín Villa hizo esta propuesta en el Foro de la Nueva Sociedad, organizado por Nueva Economía Fórum con el patrocinio de la Fundación ONCE y Caja Navarra, recurriendo a la fábula de una reunión en la que estuvieran presentes los artíficies de la transición vivos y muertos, convocada para cerrar definitivamente el capítulo de la Guerra Civil y la dictadura.

A su juicio, el proceso de recuperación de la memoria histórica afecta "a lo que fue el espíritu de la transición" y aunque no dudó de que "la intención del Gobierno sea buena", sí apuntó que algunos de sus correligionarios del PP sospechan que el único objetivo de este proceso es poner al partido conservador en "un terreno en el que se muevan con dificultades".

Martín Villa insistió en que este asunto las cosas deberían haberse hecho "de otra manera". En ese sentido, indicó que la Ley de Amnistía de octubre de 1977 "es hija predilecta de la memoria histórica" y permitió dejar las "cárceles libres de presos políticos" y acabar con el exilio.

Pese a su elogio de la reconciliación que supuso la Ley de Amnistía, reconoció que mientras haya "un solo muerto sin sepultura", debe trabajarse para resolver esa situación.

Se preguntó también si la verdadera paz entre los dos bandos requeriría que se entierren en España a "los dos jefes de Estado que están en suelo extranjero" e incluso por que se les concediera los títulos de duque de Azaña y duque de Alcalá Zamora por el rey.

Sobre la paradoja de conceder títulos nobiliarios a dos republicanos, Martín Villa dijo que "no es malo que los republicanos tengan títulos", al igual que no se dejó en "manos de los monárquicos de toda la vida traer la monarquía, porque sabe Dios qué hubiera sucedido".

En esta misma línea, sugirió que un poeta ilustre como Antonio Machado, que están enterrado a "tiro de piedra", podría ser repatriado y homenajeado como "marqués de los Campos de Castilla".

Sin embargo, puso en duda la idoneidad de "ensalzar a los perseguidos y encarcelados" de una dictadura que "fue dura y cruel", pero que en algunos casos "fueron verdugos" antes de ser víctimas.

Insistió también en que si se realizara una "condena de aquella dictadura dura y cruel, habría que hacer lo mismo con los gobernantes de la República".

En ese sentido, criticó la "desmesura" del histórico dirigente del PCE, Santiago Carrillo, en los últimos tiempos y pidió que "por ninguna razón el fantasma del odio recorra de nuevo España y perjudique nuestra libertad".

En relación con la Iglesia Católica, Martín Villa reprochó a la clase política que "recuerde el exceso de complicidad" de la jerarquía eclesiástica "con el régimen de Franco" y sin embargo, "no se le reconozca los servicios que dio en la trasición".