“Nos estamos preparando para poder prescindir de los motores de combustión”, indicó Ribera en este foro informativo organizado por Nueva Economía Fórum en Madrid.
 
No en vano, apuntó que presumiblemente a partir de 2035 no podrán venderse en la UE vehículos nuevos que emitan CO2 y añadió que conviene “estar preparados” para que ello “no suponga una dificultad” para la industria automovilística, que se ha visto “enormemente afectada” por “cuellos de botella en las cadenas de valor global de suministros” y en una “cierta contracción de la demanda” porque “el consumidor se queda pensando qué es lo que debe hacer”.
 
“Junto a esto, obviamente es imprescindible que la infraestructura de recarga esté razonablemente desplegada y yo creo que vamos a vivir un crecimiento exponencial en los próximos meses”, auguró Ribera.
 
Recalcó que recientemente se han producido “anuncios muy potentes” relativos a la fabricación de baterías, fundamentales para los motores eléctricos, como en la producción de coches eléctricos en plantas españolas de diferentes firmas.
 
Igualmente, indicó que ha habido anuncios de compañías o alianzas de sectores para “desplegar masivamente” infraestructuras de recarga en las carreteras y espacios públicos españoles.
 
Ribera destacó que su departamento, a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), ha ido “agotando” los incentivos asociados al programa Moves, incluidos los que financian la inversión en infraestructuras de recarga en lugares privados. “Está produciéndose un incremento exponencial en el ritmo en que va esa presencia de infraestructuras de recarga de vehículos”, concluyó.