Toxo, que intervino en el Fórum Europa, organizado por Nueva Economía Fórum, dijo que “no estamos en la salida de la crisis, estamos en el medio de la recesión”.

Por ello, trasladó al Ejecutivo que en este momento “merece la pena no errar el paso” y opinó que “sería un error una retirada anticipada de los estímulos” para la economía.

Toxo consideró que si se eliminasen estos estímulos se podría “precipitar una caída de la economía y volver a los momentos más crudos de la crisis”.

En su opinión, es necesario “atinar en las medidas y en su intensidad”, ya que advierte de que en estos momentos los recursos del Estado son “escasos”, por lo que hay que “priorizar su utilización”.

Asimismo, hizo hincapié en la necesidad de reforzar la coordinación entre el estado y las comunidades autónomas y reclamó que el esfuerzo que realizará el Estado en la contención de gastos y en la subida de impuestos “debería ir acompañado de un esfuerzo similar de las comunidades autónomas”.

En este sentido, Toxo recordó que el Estado sólo tiene competencias sobre el 50% del total de gastos de las administraciones públicas y hay muchos impuestos sobre los que los gobiernos regionales pueden actuar.

Por esta razón, señaló que se puede dar la “paradoja” de que, mientras el Estado sube los impuestos, “se bajen en los tramos que corresponden a las autonomías”, lo que podría “diluir” el efecto de las políticas que se adopten.

También se refirió a la necesidad de que el sector financiero recupere “el papel que le corresponde” para evitar que se sigan destruyendo PYMES y autónomos. En este sentido, criticó que hasta el momento no se ha utilizado “ni un solo euro del FROB” para “hacer lo que se suponía que iba a hacer” el sector.

Por otro lado, reiteró su convicción de que la medida que más ayudaría a reducir el déficit sería la de reforzar la inspección de hacienda. En su opinión tendría “una mayor eficacia invertir 600 millones, por ejemplo, en nuevos inspectores que cualquier subida de impuestos”.

De esta manera, se conseguiría que hubiera una “menor presión fiscal a cambio de que todo el mundo contribuyese”.