"Las ciudades crecían sin planificación, pero no sólo urbanísitica, sino estratégica hacia el futuro. No es sólo cómo nos extendemos y hsta qué altura, sino qué quieren los ciudadanos", explicó Fernández en la conferencia 'Las ciudades del futuro en el contexto de las políticas de medio ambiente', dentro del Encuentro organizado por el Foro de la Nueva Economía. En este sentido, comentó la alcaldesa, se trata de elaborar planes estratégicos "decididos por los agentes sociales y económicos", y puso como ejemplo el elaborado por su ciudad, que ha contado con la participación de más de 8.000 personas. "Qué tipo de ciudad, con qué dotaciones, por dónde debe crecer el suelo, saber adónde queremos ir y que no nos atropelle el propio crecimiento", resumió, evitando que la urbe se convierta en una "ciudad difusa" por la sucesión de construcciones discontinuas.

"La ciudad compacta es vital, porque se nos está descosiendo el tejido urbano --señaló--, como pasa en el Mediterráneo, donde las urbanizaciones se han convertido en pequeñas ciudades sin ley", lo que comparó con el caso deAsturias. "Hay un cuestionamiento de los espacios rurales en Gijón. Todo el mundo quiere construir en su parcela, una vivienda para la familia, pero si aceptásemos la mitad de las peticiones de obra, terminaríamos hoy con todo el suelo en el municipio, y además habría que llevar hasta cada casa los servicios. Así no es posible una ciudad sostenible", sentenció. Para Azkuna, los desafíos medioambientales son muy variados y deben ser afrontados "con practicidad". "Yo prefiero no hablar tanto de Kioto y de la Agenda 21, aunque esté de acuerdo con ambas, porque he visto toda la hipocresía que se hace con estas cosas. Prefiero construir el metro para sacar unos cuantos coches y limpiar la Ría para devolvérsela a los ciudadanos". La Ría ha sido, para primer edil bilbaíno, el factor clave en la recuperación de la ciudad, que con su limpieza ha iniciado un "cambio cultural" que todavía debe seguir impulsándose. "En Bilbao se ha pasado de una ciudad atosigada por los tinglados industriales a otra más abierta y amable, y lo más querido ha sido la recuperación de la Ría que se ve y se toca, a diferencia de algunos ríos en algunas ciudades", afirmó Azkuna. Este cambio ha iniciado una nueva vocación en la capital de Vizcaya: "antes, ver un japonés en pantalones cortos en Bilbao era algo extraordinario", lo que ha cambiado desde la creación del reclamo internacional del museo Guggenheim, "y a pesar de que la única herencia que ha tenido Bilbao con el paso de los siglos ha sido la falta de espacio, desde que era una ciudad con cuatro calles".

Por su parte, Domingo Jiménez Beltrán, asesor de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, instó a las ciudades a constituirse en referentes internacionales y a crear entre ellas "sana competencia" en materia medioambiental. Así, animó a crear una imagen característica, "crear marca", y "renovar más que construir" porque, según sus datos, la parte urbanizada crecerá un 25% de media en España en los próximos diez años. "En la costa Mediterránea, en diez años, se construirá la mitad más de lo que se ha hecho en veinte siglos" aseguró.

"LIDIAR CON EL VECINDARIO"

 Ambos alcaldes coincidieron en tono sarcástico en que "a veces, hay que lidiar con el vecindario y aguantar el tirón". Azkuna citó a Unamuno, "que dijo una vez que 'lo mejor de Bilbao son sus gentes'", y repuso: "qué mal día tenía don Miguel cuando dijo esto, porque en Bilbao hay gente estupenda pero otros no sabéis cómo son", y recordó la enorme oposición popular cuando el Ayuntamiento empezó las obras del Guggenheim, las del metro, o el Palacio de Congresos. "Todos en contra. Metro en Bilbao, ¿para qué?, decían. Y hoy todo el mundo habla maravillas, hasta los que se opusieron", dijo. Asimismo, la alcaldesa de Gijón comentó las críticas que recibió la escultura de Eduardo Chillida 'Elogio del Horizonte' instalada en un acantilado en la costa de la ciudad. "La llamaban el váter de King Kong, pero hoy es el símbolo de la vanguardia de Gijón", ironizó. "Y lo mismo pasó cuando recuperamos las termas romanas, que había vecinos que se pasaban el día golpeando las vallas de la excavación con cacerolas porque se levantaba el suelo frente a una iglesia, pero hoy todos estamos orgullosos". "A veces hay que aguantar el tirón aunque eso te cueste perder unas elecciones. Tienes que hacer lo que creas que tienes que hacer", concluyó.