Soria hizo esta declaración de principios en su intervención en el Fórum Europa, organizado por Nueva Economía Fórum en Madrid, que fue presentada por el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, a quien el canario le agradeció su “apoyo político, personal y de amigo en momentos difíciles”.

El líder del PP en el archipiélago pronunció un discurso de corte eminentemente económico, en el que calificó 2009 como “el peor año desde la II Guerra Mundial”, pero subrayó que en España la caída ha sido “mucho más brusca por una serie de desequilibrios graves”.

Entre ellos, citó el endeudamiento de familias y empresas, la fuerte exposición al sector inmobiliario, el déficit público, el déficit exterior y la disminución del crédito al sector privado. “Ya nadie discute que en España hay raíces más profundas de la crisis”, resumió poco después.

En tal situación, exigió al Gobierno una gestión adecuada, que dividió en tres aspectos: Visión, estrategia y acción. Dentro del primero, le recordó que negar los problemas no los elimina.

PARCHES
Sobre la estrategia señaló que “no valen ni los parches ni el cortoplacismo que en su momento pudieron tener algun rédito electoral”, porque “esto va para largo”. A este respecto, recordó la cantidad de organismos que están realizando predicciones pesimistas para España y aventuró que “no se pueden estar equivocando tantos al mismo tiempo”.

Finalmente, en el campo de la acción, el presidente del PP canario advirtió: “La recuperación internacional podrá ayudar, pero no servirá de nada si no hacemos nuestros deberes”.

En primer lugar, Soria abogó por “moderar el gasto público”, algo “difícil”, dado que “existe en muchos responsables una tendencia al gasto creciente, que no es sostenible en épocas de crisis”. En este sentido, observó que la situación es peor que en 1996, cuando el déficit había empeorado seis puntos en 14 años, porque ahora, dijo, lo ha hecho en 14 puntos en apenas tres.

Seguidamente, se refirió al mercado laboral, a su juicio “el tema más sensible de todos”. A este respecto, defendió una “refundación” de la intermediación laboral y unas políticas activas de empleo, criticó la dualidad entre empleos estables y no estables y pidió dar “prevalencia” a la negociación dentro de las empresas frente a la sectorial o territorial.

Por último, reclamó la “reestructuración bancaria”, porque “España es un país muy bancarizado, con una red de oficinas atomizada y muy densa”, y en el mundo globalizado “se compite con la eficiencia”.