"El gobierno valenciano no aprobará un nuevo sistema de financiamiento si no se compensan las faltas financieras del pasado", afirmó Soler durante este encuentro informativo, organizado en Valencia por Nueva Economía Fórum, en referencia a la deuda vinculada al insuficiente financiamiento del Estado para pagar los servicios básicos, que asciende a unos 20.000 euros desde 2002.

Soler indicó que los valencianos deben "hacerse cargo" de "la parte que se puede imputar a la mala gestión" de la administración autonómica, porque los ciudadanos votan libremente y son electores pero también "contribuyentes", aunque advirtió que "nunca, ni siquiera en los gobiernos más locos, ha habido un gasto per cápita superior a la media" estatal.

En ese sentido, indicó que el dinero destinado a iniciativas como la visita del Papa, la Fórmula 1, Terra Mítica o la Ciudad de la Luz no suponía un aumento en ese gasto per cápita sino que suponían el "coste de oportunidad" de mantener "barracones en lugar de escuelas" y de no invertir en infraestructuras sanitarias o en el parque público de viviendas para hacer frente a los desahucios, dijo.

"Otra cosa es la parte generada por infrafinanciación, que no responde a ningún criterio objetivo ni de justicia y que viene de muy lejos, viene del franquismo, que era centralista y no asignaba a todo el territorio español las inversiones y los servicios de la misma manera", apuntó el exdecano de la Facultad de Economía de la Universidad de Valencia.

Soler añadió que, cuando en 2002 los entonces presidentes del Gobierno central, José María Aznar, y del Ejecutivo valenciano, Eduardo Zaplana, pactaron el primer sistema de financiamiento autonómico "mantuvieron el statuo quo". Señaló además que el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, "ha incumplido" el compromiso que realizó a principios de 2017, cuando indicó que a finales del pasado año habría un nuevo sistema de financiación.

"No podemos construir el futuro con una losa del pasado", subrayó Soler, quien estimó que el servicio de la deuda y el calendario de amortizaciones constituyen "una espada de Damocles sobre las cabezas de todos los valencianos en caso de que suban los tipos de interés y no se aplacen los vencimientos". "Actualmente, un 25% del presupuesto anual de la Generalitat está destinándose a este fin", afirmó.

NEGOCIACIÓN CON MONCLOA

Consultado sobre si cree que la existencia de gobiernos de distinto color político en La Moncloa y en el Palau de la Generalitat puede influir en el resultado de esta negociación, Soler recordó que "aquí no se arregló el tema cuando el color político era el mismo". "Confío en que no seamos una república bananera. Este tipo de cosas se han de hacer con criterios objetivos", apuntó.

A preguntas de los medios, el consejero consideró también que la situación política en Cataluña "ha sido la gran excusa para no hacer nada". "No se está haciendo nada en España", recalcó. Soler añadió que "hace cuatro años no había ese problema y tampoco se solucionó" y estimó que "siempre" se están poniendo "excusas de mal pagador". El responsable de las finanzas valencianas opinó también que "un nuevo sistema donde todas las comunidades tengamos lo que merezcamos mal no hará a Cataluña".

El consejero apuntó además que en los presupuestos de 2018 la Generalitat ha pedido 1.325 millones de euros al Gobierno central "porque es lo mínimo para mantener los servicios del año anterior".

La conferencia de Vicent Soler fue presentada por la primera teniente de alcalde y portavoz del PSPV en el Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez, quien definió al consejero como "una de las figuras políticas más relevantes de la historia política valenciana" y un "referente político de recuperación de derechos y libertades de los valencianos".

Gómez señaló también que "el autogobierno se encuentra incompleto" porque se dispone de "competencias, pero no de suficientes recursos". "Existe el problema valenciano, ya nadie niega que somos la comunidad peor financiada. No queremos ser más que nadie, pero tampoco estamos dispuestos a ser menos", indicó la representante municipal, para quien "cada día que pasa el gobierno está incumpliendo el espíritu de la Constitución española", en alusión al artículo 156 de la Carta Magna.