Alonso fue muy duro con Rivera durante su participación en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en el que estuvo presentado por el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, quien precisamente tiene a Rivera como su principal socio parlamentario en la presente legislatura.
 
Recordó que el concierto económico "es más antiguo que los nacionalistas" porque se creó en 1878 y el Partido Nacionalista Vasco se fundó en 1895 y subrayó que el régimen especial de esta comunidad es "un elemento de unión entre los vascos y el resto de España".
 
Lamentó que proponga eliminar el concierto económico un partido político como Ciudadanos que obtuvo un 3,5% de los votos en el País Vasco en las últimas elecciones generales y que en las últimas autonómicas bajó al 2%.
 
Por eso, denunció que Rivera incurre en un "cálculo político" puesto que al tener tan pocos votos en el País Vasco se puede "lanzar a un discurso que es injusto" y que supone "prescindir" de su presencia política en esta comunidad.
 
Alonso interpretó que Ciudadanos hace esto para "agitar y levantar sentimientos en otros lados" de España. "Se agitan emociones más allá de la razón y se olvida que la actividad política para lo que sirve es para enfriarlas y someterlas al escrutinio de la razón", criticó.
 
El líder del PP vasco adujo que "lo que hay que intentar es no sembrar vientos" que provoquen tempestades políticas y se quejó de que Albert Rivera haga esto justo cuando otros intentan "recuperar la buena imagen de los vascos y recuperar la tranquilidad".
 
Insistió en que Ciudadanos quiere "buscar el agravio, buscar la diferencia y crear conflictos", lo cual constituye "una suerte de nacionalismo inverso".
 
"Si hemos oído eso de Cataluña nos roba, no debemos construir un discurso de Euskadi nos roba porque es actuar de la misma manera que los nacionalistas", dijo en alusión directa a Rivera. "Hay un renacer de un patriotismo en España cuando hemos visto en peligro la unidad y es bueno pero es irresponsable alimentarlo contra el nacionalismo vasco".
 
Alonso concluyó que "el nacionalismo nunca es bueno", ya sea vasco, catalán o español y abogó por un discurso político que ayude a "amar las diferencias y pensar que todas esas diferencias se pueden traducir en compartir todos una misma identidad cívica".