“Venimos de la gran crisis inmobiliaria y financiera del 2008. Superada aquella crisis, no resuelta del todo, pese a que las estadísticas la daban por superada, aquí en Càritas veíamos que las heridas de aquellas crisis estaban aún abiertas”, añadió durante su participación en este encuentro virtual organizado por Nueva Economía Fórum.

Càritas Catalunya, que coordina la labor de las diez cáritas diocesanas catalanas, señala que la crisis sociosanitaria del coronavirus ha incrementado notablemente las peticiones de ayuda en el área metropolitana de Barcelona y que, pese a las dificultades, la organización católica “continúa a pie de trinchera”.

En Cataluña, añadió, el 46% de las familias a las que ayuda la organización no pueden pagar la hipoteca o el alquiler y “un número considerable” de personas que han pedido ayuda por primera vez antes eran donantes de Càritas. “La progresión de la pobreza continúa incrementándose, no va a parar”, dijo el presidente. “Pese a que la prórroga de los ERTE maquilla la situación es un panorama preocupante”, subrayó Roig.

A la crisis física y de recursos Càritas Catalunya añade otra, “la angustia psicológica permanente” y la “distancia entre personas”, pues “la sociedad se ha convertido en más fría” y “más pragmática” por la pandemia.

“Tenemos que ser conscientes que las personas necesitan afecto” porque el amor permite tener “capacidad para afrontar el futuro”, dijo al destacar que “Càritas es el último receptáculo al cual vienen a tocar la puerta”. “Si las entidades dejaran de hacer lo que hacen” sería dañino a nivel “cósmico”, avisó Francesc Roig a las administraciones.