Añadió que hace dos años expresó “la vocación de diálogo entre Barcelona y Madrid, que trasciende a las dos ciudades” y manifestó la importancia de que “una tenga información sobre la otra”.

En su opinión, los valores de Barcelona son los contrarios a los que han generado la crisis financiera global, a la que las ciudades “deben dar respuesta”, cambiando esas reglas del juego. En este sentido, destacó que “el desarrollo económico es nuestra mayor prioridad”, un desarrollo, dijo, “basado en el trabajo”. “La innovación no es sólo patrimonio de los sectores emergentes”, añadió.

Hereu habló también de Barcelona como capital de una “eurorregión del Mediterráneo”, y centro de la creatividad, de la nueva economía, una ciudad que “va emergiendo no de golpe, pero sí inexorablemente”.

El alcalde de Barcelona insistió en generar cohesión social, en que los derechos y deberes se desarrollen en un espacio público compartido y con la diversidad no como campo de batalla sino a la búsqueda de la integración y la interculturalidad.

“No existe un centro y no existe una periferia, hay que desarrollar nuevos barrios, hay una apuesta muy fuerte por el norte de Barcelona, por el río Besós, por desarrollar La Sagrera y la Zona Franca”, añadió, con una inversión de 1.028 millones este año.

Según Hereu, actualmente vivimos “quizá por primera vez” la capitalidad que vincula al Gobierno de Cataluña y al Gobierno de España y considera que en los años 90 se estructuraron estrategias para disminuir el papel de capitalidad de Barcelona por parte del Estado y ahora “tenemos la oportunidad de cambiar”.