En este evento informativo organizado por Nueva Economía Fórum en Málaga, opinó que “no son comparables” las elecciones que tendrán lugar en mayo con las que se celebraron en junio y que le otorgaron una mayoría absoluta. Así, llamó a no pensar que su resultado se puede reproducir en cuatro meses, porque el 28 de mayo habrá “mucho voto personal” a los alcaldes.
 
En todo caso, subrayó que encara estas elecciones “con las máximas expectativas” para seguir cambiando Andalucía “a través de la complicidad de los gobiernos locales con el autonómico”. El objetivo marcado, especificó, es “equilibrar el poder territorial” que hay en esta comunidad, donde “ahora mismo prácticamente el 70% del poder territorial está en manos del PSOE y sus socios”.
 
“Nosotros no llegamos casi ni a un 20%”, dijo en alusión a las ciudades y municipios donde gobierna el PP en Andalucía. “A mí me gustaría que equilibráramos esa balanza” y “al menos el 50% de ese poder territorial fuera gobernado por el PP para tener sintonía y poder hacer cosas conjuntas con esos alcaldes del PP que van a incorporar una nueva impronta a los municipios”, indicó.
 
A partir de ahí, opinó que el PP ahora mismo tiene “opciones en las ocho capitales de provincia”, aunque “otra cosa será lo que decidan los ciudadanos y las políticas de pactos posteriores que pueda haber”. En consecuencia, asumió que “va a estar muy, muy justita la cosa” en muchos sitios.
 
Desde Málaga, bromeó con que “hablar de la jubilación del alcalde, Paco de la Torre, es “un atrevimiento absoluto”. “Yo creo que Paco me va a jubilar a mí probablemente” porque “tiene una salud de hierro, unas ganas tremendas y una ilusión desbordante por su proyecto”, comentó.
 
En cuanto a la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, subrayó que repetirá como candidata al no haber “ningún tipo de actuación judicial” hacia ella. “No hay nada”, sentenció, y a ello unió que “sigue teniendo el respaldo de sus vecinos”. “Estoy convencido de que ganará por amplia mayoría la Alcaldía”, apostilló.
 
GOBERNAR EN SOLITARIO
 
En cuanto a la política de pactos municipales tras las elecciones del 28 de mayo, Moreno resaltó que su posición de partida es intentar “evitar cualquier acuerdo” de coalición porque “si se puede gobernar en solitario, siempre mucho mejor”. Eso sí, en el caso de que no se pueda, admitió que habrá que buscar pactos “con aquellos que respeten nuestras líneas rojas”.
 
“Nosotros no nos vamos a dejar llevar por aspectos que no coincidan con nuestros objetivos comunes de sociedad de bienestar”, resaltó Moreno, para a renglón seguido admitir que en todo acuerdo ambas partes deben “ceder”. En todo caso, defendió que “normalmente el grupo más pequeño debería ser el que hiciera un esfuerzo mayor” que el más grande.
 
En su caso, explicó que intentará que sus candidatos, “si pueden, saquen mayoría suficiente, que es lo que da estabilidad a los gobiernos y lo que permite no tener injerencias de populismos”. Precisamente, presumió de que en su Ejecutivo autonómico no tiene el “condicionamiento de ningún populismo”.
 
Según el análisis de Moreno, Andalucía en esta legislatura cuenta con “dos ventajas competitivas”. La primera es “la estabilidad política, institucional y social que disfruta ahora mismo” la región con su mayoría absoluta, lo que se traduce “en seguridad jurídica y confianza”. La segunda, la posibilidad de tener presupuestos “en tiempo y forma”.
 
INCORPORACIONES PP
 
Tras repescar el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, al exministro Íñigo de la Serna y al político vasco Borja Sémper para el equipo de campaña, Moreno fue preguntado por la posibilidad de recuperar a la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría. “Es una persona que en la política siempre es un activo. Ahora, eso son decisiones personales en las que no debo ni puedo entrar”, respondió.
 
Además, Moreno compartió el análisis que hace Feijóo sobre la existencia de un plan por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para alterar la convivencia. “Es evidente que está tensando la sociedad con un objetivo electoral”, deploró.
 
En este sentido, preguntó a Sánchez directamente si “tan importante es intentar disputar unas elecciones generando división en la sociedad”, y después avisó de que la división social “es muy fácil crearla pero es muy difícil corregirla” después.
 
De tal forma, el presidente andaluz denunció que el jefe del Ejecutivo “en todas las decisiones se va al extremo, al punto más radical” al considerar que “electoralmente a él le interesa”. “Pero flaco favor se le hace a la sociedad española”, remachó.