Más empresa y menos Estado, vino a decir Fontenla, para quien la primera es el motor de la “generación de trabajo y riqueza” y el segundo “se ha cargado de deficiencias a lo largo de los años, cuyo mantenimiento supone un pesado gravamen”.

En este sentido, consideró “desazonador” comprobar “el escaso reconocimiento social y la desvalorización que pesa hoy en día sobre el emprendedor español, a diferencia de otras latitudes”. “La mejor ayuda social que se puede ofrecer es tener un empleo digno”, dijo durante su intervención en el citado foro de debate, organizado en A Coruña por Nueva Economía Fórum.

Antonio Fontenla fue desgranando una a una las reformas que considera necesarias para la reactivación de la economía española. En este sentido, calificó de “urgente” la necesidad de “suavizar la presión fiscal que sufren trabajadores y empresas” y diseñar un plan de “incentivos fiscales”.

FAVORECER A LOS EMPRENDEDORES
El presidente de los empresarios gallegos hizo suyas tres reivindicaciones concretas en el ámbito fiscal: rebajar el alcance de impuestos como el de Sociedades, “cuyo tipo general es el quinto más alto de la UE”; favorecer la actividad de los emprendedores “aminorando su carga fiscal en los primeros años y estimulando la inversión empresarial mediante la exención de la reinversión”, y extender a todas las empresas la rebaja de cinco puntos porcentuales de la que disfrutan las pymes con menos de 25 trabajadores.

Otras medidas planteadas por Fontenla se refieren a la “posibilidad del descuelgue en los convenios colectivos”; la introducción de “fórmulas de copago” en el gasto farmacéutico o en determinadas asistencias médicas; la reapertura del debate sobre el mix energético; una reforma educativa que prestigie la Formación Profesional reglada, y la “actualización” del sistema de pensiones. “La propuesta de retrasar dos años la jubilación es una medida a valorar, aunque no se trata de la única opción”, matizó.

Fontenla comentó que el recorte del gasto público “debe plantearse como una actitud permanente en las administraciones”. “Frente a un Estado asistencial, los empresarios consideramos que el papel de la Administración debe ser más bien animar, estimular. De lo contrario, se diluyen valores que deberían ser rectores de la sociedad, como el esfuerzo individual o el ánimo de crecer”, concluyó.