"Ahora ya hace meses que no hablamos del agua porque finalmente llovió, pero no tardaremos en abrir el debate de nuevo, porque en esta moratoria que nos ha dado la climatología no se ha aprovechado para buscar soluciones definitivas y diseñar un modelo de agua para Cataluña, tal como se reclamó desde la Diputación de Lleida", dijo Gilabert.

Por ello, manifestó, "en la grave sequía del año pasado muchas familias sufrieron por sus explotaciones y por su futuro, y en aquel momento sólo encontramos apoyo en nuestro territorio".

Recordó que "desde fuera" se defendió el trasvase del Segre hacia el área metropolitana de Barcelona "de espaldas a nuestro territorio, y nos calificaron de insolidarios y de negar el agua de boca a la gente de Barcelona. Esta visión estaba totalmente fuera de la realidad y no nos trataron nada bien".

Por ello el político republicano considera que no se puede perder el tiempo y es preciso actuar si se quieren evitar nuevos enfrentamientos entre territorios.

"Entonces se mezclaron conceptos, porque se decía que el agua era para uso de boca y realmente era para uso industrial y de servicio", aseguró Gilabert. "Sin ánimo de polemizar, pero que se pida agua para mantener unos negocios y que se exija que se cierren otros no es justo".

"¿A alguien se le pasó por la cabeza pedir que se cerraran los bares y hoteles de Barcelona durante los meses de más sequía?", se preguntó, para concluir: "Las actividades de Lleida merecen el mismo respeto".