Durante un encuentro organizado por Nueva Economía Fórum en la capital comunitaria, Josep Borrell aseveró que los europeos “tenemos que cumplir con nuestra obligación moral y política hacia Ucrania” en su defensa frente a la agresión rusa. 

El vicepresidente de la Comisión expuso claramente que la situación en el territorio es extremadamente difícil, ya que la maquinaria militar rusa “funciona a toda velocidad”, y a diferencia de Kiev, el Kremlin puede mantener una guerra de desgaste prolongada, a pesar del coste. 

La guerra en Ucrania, aseguró, “ha revelado brutalmente el mundo tal y como es y no como queríamos que fuera”, y enfatizó que aunque Ucrania no es todavía miembro de la Unión Europea no es posible “disociar el destino del pueblo ucraniano del de la Unión Europea”. 

Además, advirtió de que el objetivo de Vladimir Putin es extender su amenaza a toda Europea, con la desestabilización, no sólo con los bombardeos, y llamó a estar atentos en la próximas elecciones europeas, del 6 al 9 de junio, ya que “las actividades desestabilizadoras amenazarán nuestra democracia”. 

Borrell avanzó que, en un par de semanas, reclamará a los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la UE que aumenten las capacidades de defensa antiaérea de Ucrania para que pueda frenar los ataques de misiles y drones rusos que están destruyendo sus infraestructuras urbanas. 

A este respecto contó que se reunió recientemente con el ministro de Exteriores de ucrania, Dmytro Kuleba, quien le pidió “desesperadamente siete baterías ‘Patriot’”. Para el Alto Representante sería “inconcebible” que los países del club comunitario no fueran capaces de entregarles esas defensas, cuando los ejércitos occidentales “tienen alrededor de 100 baterías ‘Patriot’”.