Así lo indicó Montserrat en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, donde lamentó que la inmigración “se ha convertido en un arma geopolítica a todos los niveles” y puso en valor que el PPE está “liderando” una Europa “de fronteras seguras, sin buenismos ni relativismo moral”.

Su política migratoria, explicó, está basada en “el acuerdo con terceros países, en proteger nuestros valores europeos y en luchar sin cuartel contra las mafias que convierten nuestros mares en cementerios”. “Solo Europa y no las mafias decide quién entra en Europa”, aseveró Montserrat.

En este sentido, dejó claro que “el que venga a trabajar y respetar nuestros valores y nuestra cultura será bienvenido, pero el que venga a delinquir será expulsado porque los principios europeos no se negocian, no se adaptan ni se regalan a nadie”. “La inmigración debe ser legal, ordenada, vinculada a un empleo, con respeto a los valores europeos”, aclaró.

Incidió en que “quien venga a buscar trabajo y futuro tiene la bienvenida”, pero “quien venga a delinquir será expulsado”. Esta, ensalzó, “es la apuesta que se está haciendo en Italia y en todos los gobiernos del Partido Popular Europeo”. “Esto es lo que nos gustaría, que el Gobierno de Sánchez hiciera lo mismo que toda la Unión”, añadió.

Sin embargo, Montserrat denunció que Sánchez, “a diferencia de todos los países europeos, que sí protegen sus fronteras, se ha convertido en el mejor aliado pasivo de las mafias que trafican con personas” y en “uno de los responsables de que miles de personas se lancen al mar en la ruta migratoria más peligrosa del mundo, que es la canaria”.

Es un presidente, deploró, que “juega con las aspiraciones de todas esas personas, ignora la ayuda que le ofrece Europa a través de Frontex y Europol, incumple las sentencias del Tribunal Supremo que le obligan a un reparto justo de menores y polariza a la sociedad haciendo política con este drama humano para desestabilizar a gobiernos autonómicos que no son de su partido”.

Según Montserrat, la inmigración se afronta de maneras distintas. “Unos dan la bienvenida a todos los cayucos y dejan que el Atlántico se convierta en un cementerio” y “otros quieren hundir barcos en el mar”, expuso, por su parte, el PPE lo que quiere “es que no zarpen los barcos de las costas africanas”.

“La inmigración es un desafío complejo que requiere una respuesta europea porque es un problema europeo y no se va a arreglar ni hundiendo barcos ni abriendo los brazos a todo el que venga”, arguyó. Por ello, desde el PPE defienden “fronteras seguras” y “utilizar todos los instrumentos de Europa que nos da”.

Su partido, prosiguió, también apuesta por la “cooperación internacional con países terceros”, luchar contra “las mafias que utilizan este drama humano, cumplir y ejecutar el pacto de inmigración y asilo europeo” y “que quede muy claro que quien decide quién entra en Europa no son las mafias, es Europa”.