“Se va a cronificar una situación terrible. Para la sensibilidad de nuestra población está siendo una más y eso es un peligro importante porque sigue la tensión y las terribles circunstancias para la población ucraniana”, dijo durante su participación en este encuentro informativo organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum, al que acudió para subrayar el papel de la entidad que preside en el 75 aniversario de su fundación.
 
“Por otro lado, nos hace olvidar otras situaciones terribles que están sucediendo en el mundo, como la hambruna en el Sahel y muchas de las guerras de las que nos hemos olvidado. Está complicando todo esto la situación”, denunció, de la que atisbó que no tendrá “un horizonte limpio y claro”. “Tenemos prioridad absoluta en esas zonas del mundo donde amenaza el hambre”, remarcó.
 
El presidente de la organización católica también subrayó la coordinación con las 168 Cáritas que hay en el mundo en “cientos de proyecto y de forma muy directa”, como hizo con las Cáritas de Ucrania y de los países vecinos cuando Rusia invadió ese país. “Esa campaña tuvo un éxito extraordinario, con niveles a los que no habíamos llegado desde el terremoto de Haití u otras catástrofes”, reconoció.
 
Al ser preguntado por su punto de vista como militar (antes de ser presidente de Cáritas Española Bretón hizo una carrera en el Ejército) sobre la evolución de la guerra en Ucrania, confesó que pese a que en un principio fue “optimista” porque pensó “que iba a durar poco” por las presiones occidentales y de la OTAN y que la población rusa convencería a Putin de “que no era el momento más adecuado para prolongar la invasión”, luego se dio cuenta de que “no es así”.
 
“La población rusa apoya casi incondicionalmente a su líder y mientras esos siga así va a ser muy complicado pararlo. Todo pasa por que el presidente ruso y el ucraniano se sienten en una mesa, no esa grande que vemos en los telediarios, una más próxima, y que piensen que esto no puede seguir así”, añadió.
 
En este contexto, apostilló que la próxima cumbre de la OTAN en Madrid “va a dar alguna idea” de cómo puede evolucionar la situación y para “convencer a Putin de que esto no puede continuar”.