Borrell defiende que la UE siga siendo "un fenónemo laico" y que Benedicto XVI no juegue "ningún" papel en le política europea

El Presidente del Parlamento Europeo, inaugura el Foro de la Nueva Sociedad

Borrell defiende que la UE siga siendo "un fenónemo laico" y que Benedicto XVI no juegue "ningún" papel en le política europea

Con la colaboración de Fundación ONCE y Fundación Pfizer

Madrid, 19 de septiembre. El presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, defendió hoy que la Unión Europea "siga siendo un fenómeno laico" alejado de la influencia política del Vaticano y de cualquier otra jerarquía eclesiástica. Borrell hizo estas manifestaciones en su intervención en el Foro Nueva Sociedad, plataforma de debate organizada por Nueva Economía Fórum. A la pregunta de ¿qué papel espera que juege el Papa Beneficto XVI? en la política europea, Borrell dijo que "ninguno", la misma respuesta que "doy en Polonia o los países Bálticos, donde me lo preguntan mucho".

Reconoció que en los países de nueva incorporación a la Unión, el Vaticano y los Estados Unidos son "las dos fuerzas liberadoras del comunismo" y oir esta respuesta les produce "decepción e incomprensión". El hecho de que en el resto de los países comunitarios no se vea "en la religión una fuerza articulante en la construcción europea tiene mucho que ver en su historia", indicó.

  

El presidente del Parlamento europeo reconoció la gran influencia política de Juan Pablo II en la caída de los regímenes comunistas aunque, dijo, "no sé qué papel pueda jugar el Papa Benedicto XVI". En todo caso, Borrell se confesó "laico" y expresó su deseo de que "Europa siga siendo un fenómeno laico".

  

 Al hilo de esta reflexión sobre la religión, Borrell se refirió a las dificultades de integración de Turquía en la UE, afirmando que ninguna de ellas está relacionada con el hecho de que se trate de un paía mayoritariamente musulmán. Según dijo, los que apuestan por una Unión Europea laica "no deberían usar nunca el argumento" de que Turquía es musulanmana para obstaculizar su ingreso en la Europa de los 22.

  

Afirmó, así mismo, que el ingreso de Turquía en la UE obliga a un proceso de "introspección y reflexión" sobre los límites geográficos y políticos de la Unión y su respuesta al imparable proceso de globalización.