El presidente del Senado italiano pide contrarrestar desde “el buen gobierno” el auge de los populismos

Foro España Internacional

El presidente del Senado italiano pide contrarrestar desde “el buen gobierno” el auge de los populismos

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MADRID, 25 de enero. El presidente del Senado de Italia, Pietro Grasso, reclamó este miércoles en el Foro España Internacional a los partidos políticos tradicionales que contrarresten desde “el buen gobierno” el auge de los movimientos populistas que aprovechan el desencanto y la desesperanza de aquellos nichos de la sociedad más castigados por la crisis para alcanzar mayores cotas de poder.

En un encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum, Grasso fue muy crítico con las democracias occidentales a las que acusó de haber permitido con su “inmadurez” e “incapacidad” que los movimientos populistas –a los que llegó a calificar como “reaccionarios- hayan conseguido conectar con grandes sectores de la población.

El presidente del Senado italiano previno sobre el peligro de convertir el debate político en una “plaza de toros” donde chocan personalidades que “exageran los mensajes”, lo que supone el caldo de cultivo de los populismos.

Alertó de que en todos los países “las franjas de población más débiles están mandando mensajes”, especialmente los jóvenes que se desinteresan por la política ante la ausencia de un horizonte de perspectiva laboral y familiar claro.

Esto le sirvió para censurar la “falta de estrategia” y la “inmadurez” de la clase dirigente actual que ha permitido con su desidia el auge de los populismos. No obstante, reconoció la habilidad de éstos para haber sido capaces de captar los “sentimientos reales” de los “más desfavorecidos” por la crisis para medrar.

“Han sabido aprovechar el desencanto (los populismos) sin ofrecer soluciones”, exclamó.

Ante esta situación, conminó a la clase política dirigente a contrarrestar “desde el buen gobierno” el auge de estos movimientos populistas que cada vez son más visibles y alcanzan más influencia en las sociedades occidentales.

A su vez, acusó a los políticos tradicionales de haber actuado con “inmadurez” e “incapacidad” al no haber aprovechado el potencial que ofrecen “las nuevas herramientas de comunicación”, a las que definió como una miscelánea de “medicina y veneno”.

Grasso alertó sobre el peligro que supone convertir la democracia representativa en deliberativa. Para dar fuerza a su argumento explicó que en Italia y España distintos movimientos políticos utilizan Internet para implicar a sus militantes en sus respectivas hojas de ruta.

A su juicio, “esta perspectiva nunca podrá reemplazar a las Cortes tradicionales”, tal y como, dijo, dejó claro ayer la Justicia británica al establecer que el Parlamento deberá aprobar la activación de las negociaciones de salida del Reino Unido de la UE.

Por otro lado, Grasso no dejó pasar la oportunidad para reivindicar la función y la utilidad del Senado en el siglo XXI. No obstante, admitió la posibilidad de introducir “modificaciones” que “aceleren el trámite legislativo” y permitan diferenciarlo del Congreso.

De hecho, propuso convertir al Senado en una cámara que sirva para “reflexionar sobre asuntos éticos” o en la que se constituyan comisiones ‘ad hoc’ sobre “asuntos relevantes de actualidad”.

Por otra parte, no quiso entrar en el debate independentista catalán, limitándose a afirmar que “una cosa es la autonomía regional y otra la independencia”, por lo que apostó por “encontrar lo que nos une más que lo que nos separa”.

También valoró el referéndum para la reforma constitucional que tuvo lugar en su país y cuyo resultado provocó la dimisión de Matteo Renzi como primer ministro. A pesar de este terremoto político, buscó el lado positivo al comentar que la sociedad italiana se movilizó notablemente a pesar de la “dureza en el debate” y los “eslóganes vacíos”.