El ‘número dos’ de la Generalitat y de Esquerra Republicana aseguró en el encuentro informativo que organizó Nueva Economía Fórum en Barcelona que “hoy nos encontramos a un Pedro Sánchez más nacionalista español que nunca”, que “quiere volver al bipartidismo aunque signifique dar una oportunidad a la ultraderecha” para conseguir “un cierre en falso del conflicto para salvaguardar un régimen del 78 que ya ha caducado”.

Por este motivo, encuentra Aragonés “necesario un resultado histórico del independentismo” para hacer frente a un futuro Gobierno “formado contra los intereses de Cataluña.

El vicepresidente de la Generatitat criticó que “en primavera era más sencillo avanzar hacia una solución que ahora, ya que el PSOE hacía campaña contra el PP y la derecha y estaba dispuesto a hablar con el independentismo para hacer posible la caída de Rajoy”.

En este sentido, el republicano reclamó “un espacio de negociación y diálogo para salir del callejón sin salida” y reivindicó que “es la hora de la política”, porque “cuanto más tardemos en negociar, más se enquistará el problema y más frustración y dolor producirá”. “Que coja el teléfono quien lo tenga que coger. Utilicemos el diálogo y la palabra sin miedo. Dialogar no es debilidad sino llegar a soluciones desde la firmeza de las convicciones propias”, declaró.

Aunque Aragonés se mostró consciente de que “sentarse y hablar no quiere decir llegar a un acuerdo desde el principio”, sí que hizo hincapié en la necesidad del “sit and talk” que reclama una gran parte de las movilizaciones que se han organizado en Cataluña en las últimas semanas. “Si no hay diálogo no hay política, y solo queda la imposición y el autoritarismo”, apostilló.

Preguntado por el nivel de comunicación que tiene con la vicepresidenta del Gobierno de Pedro Sánchez, Carmen Calvo, quien afirmó ser “fluída” hace un par de días, Aragonés desveló que “no es ni tan amplia ni tan a menudo como cabría esperar con nuestros homólogos del Estado” y señaló que es “anómalo e irresponsable que el presidente del Gobierno no quiera hablar con el president de la Generalitat.

También acusó al Estado de “siempre decir no” pero no proponer ninguna alternativa, y de que su “única respuesta ha sido el Código Penal”, a la vez que ironizó sobre el concepto de multinacionalidad “que aparece y desaparece de los programas electorales”.

De los condenados por el 1-O dijo que “están en la cárcel porque no pueden encerrar a los dos millones de personas que votaron” en el referéndum y que el 10-N será “un acto inequívoco de protesta”. “Los votos del conjunto del independentismo serán un grito a favor de la libertad”, sentenció.

Para resolver el conflicto, el dirigente independentista insistió en la necesidad de una mesa de negociación en la que se cumplan necesariamente las premisas de reconocimiento de las partes; libertad para proponer soluciones sin vetos previos; amplias mayorías y validación democrática al final de la negociación; y seguridad jurídica y garantías sobre los acuerdos.