Omella, también arzobispo de Barcelona, protagonizó un encuentro telemático organizado por Nueva Economía Fórum en el que también participó el vicepresidente de la CEE, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el presidente de Cáritas, Manuel Bretón.
 
Osoro, también vicepresidente de la CEE, apoyó el planteamiento del arzobispo de Barcelona, haciendo hincapié en que “la presencia de la Iglesia es real". "Aquí en Madrid no sé qué hubiese pasado sin la atención de la Iglesia. Hay colas en todas las parroquias, pidiendo comida y ayuda, sobre todo en los barrios más pobres. De la Iglesia vemos la jerarquía, pero es cada cristiano, también entre los médicos”, resaltó.
 
Además de la labor asistencial y caritativa de la Iglesia en los ejemplos concretos de Cáritas y Manos Unidas, el presidente de la CEE apuntó a otros ámbitos en los que actúa la institución, como la evangelización.
 
“La oración y la liturgia no ha parado, pues a través del ‘streaming’ y la televisión hemos entrado en muchos los hogares. Y luego la catequesis se ha trabajado mucho. En la caridad no hemos parado: en el mundo del dolor, en los hospitales en las residencias hemos estado sin parar y las peticiones de Cáritas se han multiplicado por tres”, resumió Omella. A ello, añadió, “todas las diócesis nos hemos puesto a disposición de los gobiernos” y han ofrecido instalaciones. “Unos nos han utilizado más”, recalcó.
 
“El pueblo lo está reconociendo tiene un olfato especial para reconocer a quién está a su lado”, agregó Osoro, en referencia al papel de los católicos para ayudar a los más afectados por la crisis del Covid-19.
 
MISAS POR LOS FALLECIDOS
 
En este contexto, el presidente de los obispos anunció que “antes del verano” todas las diócesis españolas celebrarán misas por los fallecidos por el coronavirus. “No poder acompañar en los últimos momentos ha sido un dolor para todos”, dijo, como también lo ha supuesto, subrayó, que los fieles no hayan podido asistir de forma física a las misas.
 
Pero la fe cristiana, indicó, no se basa en “una presencia física”. “En estos días de epidemia muchísima gente ha conectado con Jesús en la comunión espiritual que tiene una fuerza tan real como al recibir la forma consagrada”, agregó, recordando que “podemos rezar en casa, en el metro” y tener un encuentro con Dios “en el lecho del dolor”. “Esto lo hemos intensificado”, recalcó.
 
El cardenal Omella destacó la labor que han tenido los sacerdotes, y salió en defensa del Padre Ángel, por la carta que ha remitido a centenares de personas, entre ellas al vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, para agradecer su trabajo contra la pandemia.
 
“Es un gesto de gran humanidad agradecer” a los demás, dijo Omella, que matizó que Iglesias hizo pública la misiva del presidente de Mensajeros de la Paz “como si fuese más personal”. “Es una llamada del padre Ángel para que no se olviden de ayudar a la Iglesia y a los más pobres”, zanjó el presidente de los obispos.