Díaz defiende una reducción de la jornada laboral “ordenada, pero no fake”, y recuerda que, aún con acuerdo, puede ser “tumbada” en el Congreso

Fórum Europa en Madrid con Yolanda Díaz

Díaz defiende una reducción de la jornada laboral “ordenada, pero no fake”, y recuerda que, aún con acuerdo, puede ser “tumbada” en el Congreso

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MADRID, 18 de julio. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, defendió en el Fórum Europa que la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales tiene que ser “ordenada, pero no fake” y recordó que, aunque pueda haber un acuerdo con las partes, este puede ser “tumbado” en el Congreso.

Así lo dijo la vicepresidenta durante el citado acto informativo organizado por Nueva Economía Fórum, en el que se refirió a la negociación de la reducción de la jornada laboral después de la reunión que tuvo lugar ayer, miércoles, y de la que salió una oferta de flexibilización para lograr atraer a CEOE al acuerdo.

Díaz aseguró que “hay avances” en la negociación, que se han hecho propuestas y el Ministerio no ha determinado un perímetro para el acuerdo aunque los sindicatos sí lo hayan hecho. “Ahora estamos perimetrando por parte de la patronal en la que estoy un poco de árbitro, pero hay avances”, reafirmó.

Asimismo, señaló que la voluntad de diálogo por parte del Gobierno es “toda” y que los plazos son “preclusivos” y no le “preocupa tanto el tiempo”, como que haya acuerdo. Y aun así, quiso recordar que puede ser “tumbado, esto puede pasar” y “tenemos un país ciertamente anómalo”, dijo en todo crítico con algunos grupos parlamentarios.

Dado que los sindicatos amenazaron ayer con movilizaciones si no hay avances en la próxima reunión convocada para el día 29 de este mes, la vicepresidenta destacó que son “actores fundamentales”, que la democracia “se hace con movilizaciones también” y que “tienen la legitimidad para defender lo que consideren pertinente”, si bien ella trabajará “para un acuerdo”.

Díaz destacó que la reducción de jornada beneficiaría de manera directa a 12 millones de trabajadores, 2,5 millones verían incrementado su salario, supondría 10 minutos a la semana respecto a la jornada actualmente pactada o 50 minutos en algunos supuestos. “Me parece algo asumible”, dijo en un foro en el que había representantes de patronales del comercio, la agricultura o la construcción. Defendió que la medida favorecería a los sectores más precarizados y más feminizados y que no está reñida con la productividad, pues ambos factores “no solo van de la mano, sino que se influyen mutuamente”.

También indicó que en la hostelería los márgenes empresariales se sitúan por encima de los 18.500 millones y en el comercio superan los 11.000 millones. “De esto tenemos que hablar”, apostilló acto seguido. Díaz proclamó que “los cantos apocalípticos que hemos escuchado estas semanas, que ya tuvieron lugar en un debate muy semejante a este en 1983, se quedaron roncos, va a pasar como con el SMI o con la reforma laboral, la reducción de la jornada de trabajo no tuvo ninguna consecuencia negativa en la economía, fue todo lo contrario”.