En su intervención en el citado encuentro informativo, organizado por Nueva Economía Fórum, Puig admitió que hay otras propuestas de otras formaciones políticas y que "se deben de discutir, pero lo que no tiene sentido es el inmovilismo".
 
Por ello, propuso la creación de tres puentes para superar esta "crisis territorial": constituir una mesa de diálogo entre Cataluña y España, abordar de forma "inmediata" una reforma de la Constitución que aborde el modelo territorial, y cambiar el sistema de financiación, que estima clave para "hacer creíble el resto de las reformas".
 
"Hoy España no es la misma que ayer", dijo el presidente, al tiempo que calificó este lunes como un "punto de partida" para "rebajar la tensión y recuperar el diálogo institucional". También exigió "la fijación de una agenda para solucionar la crisis territorial" provocada por "al menos" tres factores.
 
El primero de estos factores sería la "recentralización del Estado impulsada por las élites centralistas" que "creen tener el monopolio sobre la interpretación de lo que es España" y que han aprovechado la crisis económica para reducir autonomía. Una circunstancia que, a su juicio, ha perjudicado sobre todo "a las autonomías del eje mediterráneo".
 
El segundo factor al que se refirió Puig es la "infrafinanciación", que ha generado a su parecer una "extensa insatisfacción, especialmente en los más perjudicados, como la Comunitat Valenciana, la más infrafinanciada".
 
Por último, hizo alusión a la distribución "anómala" de las inversiones, la visión "radial" y la discriminación que a su juicio sufre la Comunidad, "relegada al último lugar en inversión por cápita" y "simbolizada por el corredor mediterráneo".