El trasvase, dijo, "era fundamental y ahora ya no lo es, está solo al servicio de intereses partidarios", y por eso el PP debería "dar una respuesta a los ciudadanos valencianos, que antes o ahora han sido engañados".

Frente a ese comportamiento, defendió "el rigor y la responsabilidad" de la política de agua emprendida por el Gobierno, buscando soluciones "sin dogmatismos" y tratando de aprender de zonas que han podido solventar su escasez de agua, como California o Israel.

Se han hecho los trasvases "viables y razonables", pero no los que, como el del Ebro, eran una solución "cara e insostenible" desde el punto de vista medioambiental.

Insistió en que la solución a la escasez de agua pasa por la inversión en investigación y desarrollo y la diversificación de las políticas, optimizando la desalinización, la mejora de la infraestructuras o la reutilización del agua. La prueba del éxito de esas políticas, añadió la vicepresidenta, es que, a pesar de una de las peores sequías de los últimos años, los ciudadanos de Valencia no están sufriendo cortes en el suministro. Serán los ciudadanos, concluyó, quienes tengan que juzgar la visión de unos y de otros.