Alfredo Sánchez Monteseirín

Alfredo Sánchez Monteseirín

Alcalde de Sevilla
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Alfredo Sánchez Monteseirín nació en 1957 en la casa de maestros de la Rinconada, donde sus abuelos se trasladaron desde Sevilla para ejercer la docencia. Sus padres, maestros también, regresaron a Sevilla cuando él tenía seis años. Alfredo Sánchez Monteseirín se crió en la barriada del doctor Marañón, junto a la Facultad de Medicina, en la calle que va del Arco de la Macarena a San Jerónimo.

Estudió en el Colegio de los Escolapios, en Santa Catalina, donde su padre, Juan Luis Sánchez Centeno, fue profesor durante veinte años. Vivió durante unos años en el Cerro del Águila donde se integró en un grupo de cristianos de base, estudiando COU en el Instituto Martínez Montañés, próximo a este barrio, y Medicina en la Facultad Sevillana, donde se licenció en 1981.

Ejerció como médico en el Hospital de San Lázaro y en la barriada de la Huerta de la Bachillera, así como en diversos barrios y pueblos de la provincia. Ha residido en la Avenida de Pino Montano, en la barriada de Bami y en el Aljarafe sevillano. Conoce bien, como estudiante primero y como médico después, la realidad de los desequilibrios sociales de barrios muy populosos del norte y del este y sur de la ciudad, como Bellavista, su Eminencia, Alcosa o Torreblanca.

Discípulo del Profesor Bedoya, en su Cátedra de Obstetricia y Ginecología, fue diplomado en Gestión Gerencial Hospitalaria en la Escuela de Alta Dirección y Administración de Barcelona. Ha sido profesor en la Escuela Universitaria de Trabajo Social de Sevilla desde 1987 a 1990. Es médico inspector de la Seguridad Social por oposición de ámbito nacional.

Su actividad política ha estado enfocada preferentemente al ámbito municipal, entre otras responsabilidades ha desempeñado las siguientes:

- Concejal del Ayuntamiento de Burguillos desde 1979 a 1987.

- Diputado Provincial de Sanidad, y posteriormente también de Asuntos Sociales, entre 1983 y 1993.

- Portavoz del Grupo Socialista en la Diputación Provincial de Sevilla desde 1991 a 1995.

- Vicepresidente de la Diputación y Responsable del Área de Promoción Económica, desde 1993 a 1995.

Desde las elecciones municipales de 1995 es Presidente de la Diputación Provincial de Sevilla. En Noviembre de 1995 es elegido presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias. En esta época Alfredo es un político joven y con responsabilidades que desarrolla sus tareas con una mezcla de impulso y actividad con sentido común e institucional.

En Junio de 1998 es elegido candidato a la Alcaldía de Sevilla por el PSOE en elecciones primarias. Ha ganado su nominación en pugna nada menos que con José Rodríguez de la Borbolla, que fue presidente de la Junta de Andalucía. Ambos políticos continúan en la actualidad desarrollando una relación de amistad personal y de colaboración política.

Concurre a las elecciones municipales del trece de Junio de 1999, donde la lista socialista que encabeza obtiene 12 concejales. Tras acuerdo de gobierno entre el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Andalucista, es Investido como Alcalde de Sevilla en Julio de ese mismo año, a la edad de 41 años.

Se trata de un gobierno de coalición con el Partido Andalucista. En este período se mejoran servicios públicos esenciales, como la policía local, y se ponen las bases de la Sevilla del futuro con la elaboración participada del Plan Estratégico y el Plan General de Ordenación Urbanística.

No obstante, los ciudadanos entienden el mensaje de que es necesario un gobierno de la ciudad unido y sólido, y que ello no es posible si no es con una mayoría suficiente para el PSOE y para Alfredo Sánchez Monteseirín. Y ello se consigue en las elecciones municipales de 2003.

Alfredo es desde ese momento el único alcalde socialista de una capital de provincia andaluza, en coalición con Izquierda Unida. Una coalición que funciona sobre la base de acuerdos programáticos y lealtad institucional y política.

Desde el gobierno que dirige, Alfredo Sánchez Monteseirín está impulsando una verdadera renovación total de su ciudad, con una mirada prioritaria hacia los barrios, sus equipamientos y servicios, y hacia la vivienda protegida. Se está humanizando la ciudad, con más espacios peatonales, carril bici y transportes públicos más modernos y eficientes. También está impulsando y desarrollo socioeconómico para la ciudad que están situando a Sevilla como una de las ciudades emergentes de España y de Europa.