Vallespín hizo este llamamiento a las formaciones mayoritarias en Madrid, en un encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum para analizar las elecciones extremeñas de este domingo. Respecto a que Guardiola no obtuviese en los comicios mayoría absoluta y requiera por lo menos de la abstención de Vox, Vallespín defendió que PP y PSOE tienen que acercar posturas y que una gran coalición sería un “error”, pero no otras formas de entendimiento puntual entre estas fuerzas políticas.

De esta forma, el expresidente del CIS defendió que en Extremadura, tras esta última cita con las urnas, el PSOE “eche un cable” al PP y le preste "cuatro escaños" que le darían a la presidenta autonómica los votos necesarios para ser investida sin pactar con Vox. Añadió que esta situación se debería dar a la “inversa” cuando cargos socialistas necesiten unos votos para sumar mayoría.

“FRENTES” COMO EN 1936

Vallespín sostuvo que este préstamo de cuatro escaños de los socialistas a los populares en Extremadura “sería lo deseable”, aunque asumió que “rompe completamente con la estrategia de cada uno de los partidos cara a los distintos enfrentamientos electorales que están por venir”. “Con lo cual se van a resistir siempre a esa solución”, remarcó.

Sin embargo, afirmó que las dos formaciones mayoritarias deben reconocer que la política en las democracias occidentales ha dado “un giro en una dirección que es trágica, tremendamente peligrosa”. A su juicio, esto implica que “o nos acostumbramos a buscar mecanismos que permitan unirnos o nos hundiremos juntos”.

En la misma línea se posicionó Varela, para quien, tras las elecciones extremeñas, hay “tres escenarios posibles”, uno de los cuales es que, ante la subida de la derecha, el PSOE opte por la “estrategia electoral del Frente Popular”, que es la que siguió este partido en 1936, antes de la Guerra Civil, al unirse con las otras fuerzas de izquierda en una misma candidatura unitaria.

Para evitar esto, este analista señaló que habría que “restablecer” las condiciones que hicieran posible la “centralidad política”, algo que estimó “no es compatible” con la permanencia del presidente del Gobierno y líder socialista, Pedro Sánchez. Añadió que otra posibilidad tras los comicios extremeños es una “polaridad invertida” hacia la derecha, algo que entiende como lo más probable.

En todo caso, coincidió con Vallespín en que hacen falta “mecanismos de concertación” entre los dos grandes partidos, puesto que si no “el país se paraliza”. Apuntó que si no se frena esta tendencia, España terminará como Francia, teniendo que elegir “entre Melenchón y Le Pen”, es decir, entre la extrema izquierda y la extrema derecha.