En el acto, organizado por Nueva Economía Fórum, el ministro indicó que ahora el Gobierno ha ponerse al margen, y agregó que “estoy seguro que dará sus frutos en términos de mejora de la situación económica y de la creación de empleo”.

En este sentido, insistió en que “es importante que dé frutos” la negociación entre patronal y sindicatos en este ámbito, ya que hay “convicción de que hay que cambiarla y se sabe la dirección en la que hay que cambiarla”.

La reforma ha de “encaminarse a la superación de los problemas con una negociación más moderna y eficaz”, aseguró el ministro, quien agregó que es fundamental que se consiga además “más negociación en la empresas, mejor y menos anquilosada”. Además, subrayó que “queremos que haya negociación colectiva más descentralizada, no que no haya negociación en las pymes”.

También destacó que se ha de hacer frente al espacio intermedio que hay entre convenios de sector y de empresa, porque es un hueco “gris” que resta eficiencia y “hay que hacerlo desaparecer progresivamente”.
Gómez comentó asimismo que hay que buscar solución para que no pueda haber convenios que han perdido su vigencia y que estén muchos años sin que se negocien, y como se ha visto en los últimos meses “con fuertes pérdidas para el conjunto de la colectividad”.

Por ello, el ministro abogó por el arbitraje y defendió que si no hay acuerdo entre las partes se sometan a un procedimiento de mediación.

CONSENSOS POR LA OPOSICIÓN

El responsable de la cartera de Trabajo defendió el Acuerdo Social y Económico, pues incluye un “paquete importante de reformas, de los mayores de las últimas décadas”, y que “afectan a todas las empresas y todas los trabajadores del país”.

Sobre la posibilidad de sumar a los populares al acuerdo en el caso concreto de las pensiones, apuntó que “el Gobierno estará satisfecho si el PP se suma; creo que hay más posibilidades de que lo haga que de lo contrario”.

Explicó que cree que la abstención de los populares en la votación en el Congreso del 25 de enero de la enmienda transaccional de CiU apoyada por PSOE, PNV y Coalición Canaria, “que en lo esencial reiteraba el diseño de la reforma, indica una voluntad de incorporarse” del principal partido de la oposición.