En este contexto, el presidente insular advirtió de que ya "no podemos competir por precio" y que "la calidad es nuestra única opción". "El sol y playa va a ser seguir siendo la base" de la economía de Baleares, admitió, pero agregó que "los nuevos tiempos demandan más calidad y singularidad, conservar lo que ya tenemos y crear nuevas ofertas".

Por ejemplo, habló de reconvertir las "zonas maduras" turísticas, más formacion para los trabajadores, iniciativas para vencer la "fuerte estacionalidad", un medio ambiente cuidado y "especial atención al cliente", la llamada "cultura del detalle", pues, destacó, "no hay mejor promoción que la que realizan nuestros propios clientes".

Reiteró el dirigente socialista su petición al Estado para cogestionar los aeropuertos y puertos de Baleares, "que son lo último que ven nuestros turistas", y destacó el proyecto en torno a la figura de Ramón Llull, que propone crear "la ruta mallorquina y europea de este sabio".