"El diálogo es la victoria de la palabra sobre la fuerza y la violencia"

Juan Mª Uriarte en el FÓRUM EUROPA. Tribuna Euskadi

"El diálogo es la victoria de la palabra sobre la fuerza y la violencia"

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BILBAO, 30 de marzo. El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, afirmó hoy que "el diálogo es la victoria de la palabra sobre la fuerza y la violencia" y "una de las tareas de la Iglesia católica es la de promover comportamientos pacíficos y pacificadores. La Iglesia debe promover el diálogo como instrumento insustituible para la resolución de cualquier conflicto".

Durante su participación en el “Fórum Europa, Tribuna Euskadi”, organizado en Bilbao por Nueva Economía Fórum, Uriarte manifestó que “no corresponde a la Iglesia establecer los momentos, los modos o las condiciones mínimas de este diálogo, pero sí reivindicarlo con valentía”.

Igualmente, lamentó que el diálogo, la reconciliación, la misericordia con los sufrientes o el perdón pedido u ofrecido “han sido a veces envueltos bajo el manto de la sospecha y la Iglesia no puede renunciar a ellas, aunque la tachen de tibia, ambigua o equidistante”.

Monseñor Uriarte apuntó a la reconciliación como clave para la consecución de la paz y matizó que “es un proceso en el que las partes enfrentadas deponen una forma de relación destructiva y sin salida y asumen una forma constructiva de reparar el pasado y edificar el presente y edificar el futuro”. Además, añadió que “la reconciliación ayuda a la justicia a no ser excesivamente rígida”.

“En un contexto de confrontación como el nuestro, el perdón es una cuestión especialmente cargada de sospechas, pero es necesario para la reconciliación cuando se entrelazan el perdón pedido y el perdón otorgado”, añadió.

“DELIRANTE TRAYECTORIA DE ETA”
El obispo de San Sebastián declaró que la Iglesia “tiene que clamar contra la criminal y delirante trayectoria de ETA, que lleva a sus espaldas la carga de más de 820 seres humanos asesinados y la responsabilidad de 1.200 personas que, amenazadas por ella, viven en la zozobra de la escolta permanente”.

Asimismo, se mostró convencido que “con el tiempo no tendrán más remedio que dejar las armas, entonces nos alegraremos”, y manifestó que la Iglesia siempre ha dicho que ETA debe desparecer y dejar las armas.

Uriarte lamentó sin embargo que “cualquier gesto de misericordia con los sufrientes es censurado”. “Un obispo de San Sebastián no puede menos que mostrar su cercanía humana y consuelo espiritual a los familiares de los 600 presos dispersos en más de 50 cárceles españolas que padecen riesgos y quebrantos para visitarlos”. “Comprendido o incomprendido, debo cumplir esta misión” añadió.

En el turno de preguntas, comentó que el alejamiento y el acercamiento de los presos de ETA ha sido conducido “por razones políticas” y cree que las razones humanitarias requieren un respeto a ese núcleo de derechos intangibles, y, “por muy grandes que sean los delitos que han cometido, tienen derecho a que sean respetados; además, sus familias no deben pagar las consecuencias”.

Uriarte aseguró que los obispos vascos “no han tratado con equidistancia a las víctimas y a los presos de la banda terrorista”. “Lo más serio son los atentados contra la vida y hablar de equidistancia no es hacer justicia a ninguno de los obispos del País Vasco”.