Durante este encuentro informativo organizado en Barcelona por Nueva Economía Fórum, De Antonio explicó que la compañía de momento está operando con 300 vehículos, pero no descarta que en un futuro se amplíe la flota si aumenta la demanda.
 
Cabify, que opera en 12 países en todo el mundo y cuenta con 200.000 trabajadores, tiene pendiente responder a un requerimiento informativo de la Generalitat sobre como está operando en Barcelona y si cumple la normativa. En este sentido, su máximo responsable considera que Cabify cumple con la normativa y sitúa el expediente informativo dentro de la normalidad.
 
Para De Antonio, volver a operar en Barcelona ha sido una decisión meditada: “Al final llegamos a la conclusión de que merece y tiene sentido empresarial operar en Barcelona”. Cabify considera que es una plataforma de transporte que puede ayudar en una estrategia de movilidad en la ciudad condal basada en el vehículo eléctrico y en que, cada vez más, los usuarios opten por dejar su coche en casa.
 
De Antonio lamentó que “algunas instancias nos están poniendo palos en las ruedas”. De hecho, considera que la compañía fue expulsada de la ciudad pero destacó que ha vuelto para quedarse porque “si se cuestiona el servicio que estamos ofreciendo, se estaría cuestionando ahora el modelo de empresa VTC [Vehículos de Transporte con Conductor] con el que operan, por ejemplo, los negocios de limusinas"