Matas reclama para Baleares lo mismo que Cataluña por "instinto de supervivencia" y no por "mimetismo"

El Presidente del Gobierno de las Islas Baleares, en el Fórum Europa

Matas reclama para Baleares lo mismo que Cataluña por "instinto de supervivencia" y no por "mimetismo"

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MADRID, 10 de octubre.- El presidente de Baleares, Jaume Matas, apeló hoy al "instinto de supervivencia" y no al "mimetismo" para reclamar que su comunidad tenga los mismos derechos y competencias que consiga Cataluña con su reforma del estatuto puesto que considera que todos los territorios de España deben tener "el mismo trato". Durante su intervención en el Forum Europa, organizado por Nueva Economía Fórum, Matas afirmó que si Cataluña negocia bilateralmente su estatuto con el Gobierno central, si blinda sus competencias y obtiene un modelo de financiación privilegiado, Baleares "también lo puede hacer" y otras comunidades como Andalucía, Asturias y Extremadura pueden seguir el mismo camino.

   El presidente balear recalcó que lo que obtenga Cataluña con esta reforma estatutaria "no puede ser a costa de otras comunidades". Argumentó que Cataluña es una parte más de España, por lo que no puede actuar como si ambas fueran dos "partes contratantes" que acuerdan bilateralmente un marco de relación política y económica.

  

   Matas advirtió de que el nuevo estatuto catalán es "inasumible por insolidario" con el resto del Estado si bien vaticinó que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero pondrá en marcha "algún montaje mediático" para "maquillar" el texto aprobado en el Parlamento de Cataluña y dar la sensación de que se han corregido los elementos de inconstitucionalidad.

  

   En su opinión, el estatuto que el Parlamento de Cataluña ha remitido a las Cortes Generales con el respaldo del presidente del Gobierno esconde "una reforma de la Constitución por vía estutaria" que, lejos de proponer un sistema confederal, promueve la creación de un Estado basado en un "modelo de taifas".

  

UN NUEVO PROCESO CONSTITUYENTE

   En su discurso, que presenciaron dirigentes populares como Eduardo Zaplana, Ana Pastor, Miguel Arias Cañete e Ignacio González, el presidente de Baleares alertó de las consecuencias que puede tener para el país la apertura de un "proceso constituyente perverso e intolerable" como el que Rodríguez Zapatero anunció en su discurso de investidura.

  

   Matas definió la actual situación política como "un maremágnum que invitaría a la ironía si no fuera porque, como ocurre con los aprendices de brujo que ponen en marcha dinámicas que se sabe cómo empiezan pero no cómo acaban, la risa y la broma están desembocando en un panorama árido, inquietante, de incierto desenlace y que tiene la virtud de encerrar los peores demonios familiares e históricos de nuestro país".

  

   El cambio de gobierno "de forma atípica y poco ejemplar" que se produjo tras los atentados del 11-M, según dijo, ha permitido que España se convierta en un "paradigma de gobierno débil" y cuente con un presidente de una "torpeza irresponsable" cuya característica esencial es la debilidad.

  

   "Debilidad en constituirse como metas indeseables, debilidad interna en el partido que le da soporte, debilidad frente a unas autonomías, debilidad con nuestros vecinos, debilidad en Europa, debilidad dialéctica, debilidad ante los que apoyan a los terroristas y, lo que es más grave, debilidad en el ejercicio del poder en auténticas cuestiones de Estado", sentenció.

  

   Matas acusó al presidente del Gobierno de resucitar "el rencor guerracivilista" y de intentar repetir "el mal error de la Segunda República". Por todo ello, aseguró que "sólo faltaría perder Ceuta y Melilla para instalarnos en otro 98" como el que a finales del siglo XIX supuso el final del imperio español.

  

   El presidente de Baleares se mostró dispuesto a dar la batalla política por la unidad de España y la igualdad entre regiones "por instinto de supervivencia". "Hay algo peor que una España rota: es una España rota y apaleada", apostilló.

  

   Finalmente, advirtió de que, tras la aprobación del estatuto catalán en el Parlamento autonómico, España se encuentra en un "punto de no retorno en el que el daño está hecho" porque, aunque se corrigiera en las Cortes Generales, algunas formaciones políticas lo entendería como una ofensa hacia esta comunidad.