García Montero, sobre las lenguas cooficiales: “No tiene mucho sentido llamarse patriota e ir a Europa a boicotear a España”

El Director del Instituto Cervantes en el Foro de la Nueva Comunicación

García Montero, sobre las lenguas cooficiales: “No tiene mucho sentido llamarse patriota e ir a Europa a boicotear a España”

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MADRID, 9 de octubre. El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, defendió en el Fórum Europa que “no tiene mucho sentido llamarse patriota e ir a Europa a boicotear a España” por el uso de las lenguas cooficiales.

Así lo denunció García Montero en un desayuno informativo organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum en Madrid, donde dijo esperar que “la gente que dice que quiere a España y que es patriota comprenda que España es un país diverso”.

“Lo que no tiene mucho sentido es llamarse patriota y después ir a Europa para boicotear a España y a su riqueza y su diversidad”, agregó, al tiempo que se mostró “muy orgulloso de tener un idioma como el español, con 600 millones de hablantes”, convencido de que, “si tomamos conciencia de lo que significa un proyecto iberoamericano, seremos más de 800 millones de hablantes, lo que nos da una rotundidad en la política internacional que debemos que debemos aprovechar”.

En este punto, recordó cómo, en sus inicios, “al consolidar una democracia, las tareas fundacionales del Instituto Cervantes se matizaron: divulgar la cultura española y la cultura en español”. “Se dijo la cultura española porque en la cultura española, aparte del español, está el catalán, está el gallego, está el euskera”, añadió, al tiempo que juzgó “muy importante” que en las actividades del instituto "haya un protagonismo de instituciones, representantes culturales de las distintas lenguas del Estado”.

En la misma línea, urgió a “reconocer que hay en España otras culturas que no son el español y que somos el 9% de un idioma que hablan 600 millones y 500 como lengua materna”. “Y lo mismo que había que borrar cualquier sesgo imperial dentro de España que borrase la diversidad, pues había que llegar a una conciencia de que somos una parte de una comunidad mucho mayor y que tenemos que ir de la mano si pretendemos tener una presencia internacional fundamental”, prosiguió.

Asimismo, advirtió de que, “para defender lo universal, tenemos que al mismo tiempo comprender y respetar las experiencias individuales". "Porque no es lo mismo ser blanco que ser negro, ser rico que ser pobre, ser heterosexual que ser homosexual, ser hombre, ser mujer o hablar en quechua y en aimara, dos lenguas peruanas o hablar en español”.

“Y a mí me parece que, en este momento, la reflexión sobre las lenguas puede cumplir un papel muy importante en la política”, sentenció, consciente de que el momento actual “se está intentando imponer lo individual como una forma de egoísmo que rompa las ilusiones colectivas o lo colectivo como una manera de borrar las experiencias individuales”.

Por todo ello, aseveró que la cultura “nos da que pensar en la ilusión de un camino donde lo individual, que merece un respeto y lo colectivo, que merece un respeto, lleguen a un entendimiento, a una armonía a la hora de plantear el futuro de un mundo sostenible”.

En paralelo, ante un mundo que, a su entender, “está apostando por identidades cerradas y que quiere confundir la igualdad con lo hegemónico porque ha confundido la libertad con la ley del más fuerte y no con el respeto a la conciencia y a la diversidad”, uno de los “grandes desafíos” tiene que ver, a su juicio, “con un idioma que quiere defender la diversidad, las identidades que se entienden entre sí”.

Por último, preguntado por la relación con la Real Academia de la Lengua Española, afirmó que ambas “tienen que colaborar” e “intentan” hacerlo, para lo cual estimó la necesidad de “respetar la independencia”.

“Nosotros, por la propia definición del instituto desde que se puso en marcha, nos sentimos vinculados con la diversidad de todas las lenguas del Estado y no comprendemos, a veces, la cerrazón de lo que es reconocer una riqueza”, deslizó, convencido de que “nadie tiene derecho a ser el centro ni decirle a los demás cómo tienen que hablar, sino a mantener la unidad dentro del respeto de cada cual a hablar el español”.