El presidente del CSIC pide “una ley específica” para este organismo
El presidente del CSIC pide “una ley específica” para este organismo
Con el patrocinio de El Corte Inglés y la Fundación Ramón Areces y la colaboración institucional de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación

Según expuso durante su participación en el citado encuentro informativo, organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum, la actual forma jurídica del CSIC (Agencia Estatal) ofrece “muy poca flexibilidad” a la hora de conseguir una gestión eficiente, ya que junto a la rendición de cuentas, las estrategias de I+D deben “ser flexibles” y capaces de adaptarse a los cambios.
“Necesitamos una ley que nos permita competir en el panorama internacional sin un brazo atado a la espalda como hasta ahora”, agregó Lora-Tamayo.
Según indicó, el CSIC carece de “un contrato de gestión” como los que tienen otros organismos de investigación internacionales o algunos más recientes creados en España a nivel solo sectorial.
Entre otros aspectos, esta rigidez se aprecia en las dificultades a la hora de contratar nuevo personal y de atraer el talento, subrayó. “No son solo los investigadores que se han ido”, sino los problemas para conseguir que “el talento internacional venga aquí”, explicó.
“El 90% de los investigadores que han dejado el CSIC lo han hecho con un cheque por delante, y a mí me gustaría poder disponer de los mismos recursos para ‘fichar’”, declaró.
PARTICIPACIÓN DE LAS EMPRESAS
Además, Lora-Tamayo abogó por una mayor colaboración entre el sector público y el privado y entre estos y la sociedad civil, el llamado tercer sector.
“Yo creo que la academia ha más que hecho sus deberes” de acercarse al mundo de la empresa, afirmó, y lo que ahora hace falta es que los investigadores públicos participen del proceso industrial y que los del sector privado se impliquen en la generación de conocimiento no finalista.
Por ello, el presidente del CSIC abogó por fórmulas nuevas como las colaboraciones o las cátedras de empresa. “Nos gustaría que la participación de la empresa privada en I+D fuese mayor”, apuntó, y que se situase en los niveles de la UE.
En la misma línea, defendió un aumento “sostenido” de la inversión en I+D, “imprescindible” de cara al desarrollo económico futuro. Con todo, esta mayor inversión debe ir acompañada de una estrategia de rendición de cuentas, “estar razonada y justificada” y “funcionar con la necesaria flexibilidad”, concluyó.