Óscar López promete gobernar Madrid en 2027 y deja su futuro en el aire si no lo hace
Óscar López promete gobernar Madrid en 2027 y deja su futuro en el aire si no lo hace
Así lo afirmó durante su intervención en este desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en la capital, donde remarcó que “da igual lo que se gasten en encuestas” porque “vamos a gobernar Madrid en 2027”.
López adquirió el compromiso de que trabajará también para los que no le voten. “Será un gobierno para todos y no será sectario”, donde el Gobierno trabajará “para los que le voten o no le voten”.
Preguntado por si continuará como secretario general del PSOE de Madrid si finalmente no consigue llegar a la Presidencia de la Comunidad de Madrid y expulsar a Isabel Díaz Ayuso, respondió que, “si no la gano, lo decidiremos todos los militantes”.
Durante su discurso, lamentó que, “en la comunidad más rica de España, hay diferencias de hasta cuatro años en la esperanza de vida en función del código postal”. “Se llama desigualdad y es la principal meta que debe combatir un Gobierno como el de Madrid”, aseveró.
López deseó que “vuelva la normalidad democrática, la responsabilidad democrática, que los gobiernos hablen, que haya respeto” y se preguntó “en qué momento se puso de moda ser mala gente o presumir de apoyar a Netanyahu”.
Por ello, el secretario general del PSOE en Madrid se comprometió “a recuperar la buena política”, a “no salir corriendo, no hacer toda la política en cascada de insultos”, porque, “de las últimas 100 intervenciones de Ayuso, solo hay insultos”.
Además, recalcó que “Madrid no es de derechas” y aseguró que “el PSOE tenía que haber gobernado en 2003 y en 1995”. En este sentido, recordó que Ayuso llegó a la presidencia de la Comunidad de Madrid con solo un 22% de voto y que gobernó gracias a un pacto con Ciudadanos.
El problema, concluyó López, es que “hace tiempo aprendieron el truco de la antipolítica, llenando las tertulias de odio, para que la gente no vote y sientan alejamiento de la política”. Por ello, animó a la gente a votar, porque “se juegan entre tener o no una sanidad pública, una plaza en una residencia pública o una educación pública”.