El arzobispo, sin embargo, no fue tan rotundo a la hora de hablar de la situación política actual: "Otra cosa ya son los planteamientos de naturaleza política y jurídica que están en la actualidad en debate", sobre los que no quiso entrar a valorar.   En cualquier caso, Rouco indicó que en el temario de los trabajos de la Conferencia Episcopal Española y sus relaciones con la Santa Sede se encuentra la posibilidad de constituir las regiones eclesiásticas. Sobre este punto, explicó que "está muy avanzado el estudio de la evolución de una región eclesiástica que comprendería las provincias de Barcelona y Tarragona".

"Menos avanzado" está el estudio de la provincia eclesiástica de Andalucía que comprendería las de Granada y Sevilla. Rouco también se refirió al proyecto de la región del Duero que funcionaba con una fórmula de colaboración interdiocesana en Castilla y León, comprendiendo las provincias eclesiásticas de Valladolid y Burgos.

Sin embargo, recalcó que "no está en estudio la creación de una provincia eclesiástica en el País Vasco". Además, recalcó que esta iniciativa es competencia de la Conferencia Episcopal Española. Lo único que señaló a este respecto es la evidencia de que "Navarra es cabeza de provincia eclesiástica que comprende las diócesis de San Sebastián, Jaca y Logroño".

Por lo demás, el arzobispo indicó que el origen de las circunscripciones territoriales de la Iglesia "es muy viejo, anterior a la de los movimientos políticos y sus fórmulas actuales (las comunidades autónomas)".

LA IGLESIA SOBREVIVE A LOS CAMBIOS POLÍTICOS

"La Iglesia tiene historia de largo alcance y suele sobrevivir a las realidades primeras y básicas de su configuración histórica, hechas al pie de la vida y la realidad geográfica y humana, frente a las cambiantes configuraciones políticas", destacó. Según Rouco, "esto se ha de tener en cuenta a la hora de hablar de provincias eclesiásticas como la de Cataluña o el País Vasco".

Para el arzobispo, a la hora de hablar de los nacionalismos, "hay que tener una amplitud de perspectiva histórica y manejar como criterio básico la concepción del Estado, Social y Democrático", además del "principio de la dignidad de la persona humana y sus derechos fundamentales y la realización del bien común". Rouco advierte de que los nacionalismos "es un problema que atañe a muchos de los países europeos" y defendió "el respeto a las tradiciones culturales, espirituales de todo orden que puede haber en el seno de la comunidad católica".