"Galicia aspira a dejar de estar en la España de la segunda velocidad"
"Galicia aspira a dejar de estar en la España de la segunda velocidad"
Nueva Economía Fórum inaugura con este acto el ciclo dedicado a las Elecciones Gallegas
Touriño se refirió ampliamente al proceso de reformas estatutarias para resaltar la importancia de la actual legislatura que quiere poner fin al periodo de "parálisis" anterior. Recordó que el Gobierno atenderá con esta agenda territorial a la diversidad y abogó por no "tener miedo" al reconocimiento del Estado plurinacional. No obstante, el líder socialista gallego aseguró después, en torno al debate sobre la denominación de las autonomías, que los términos 'comunidad nacional', 'nacionalidad histórica' o 'nación' tienen todos el mismo contenido y que, por tanto, si en España existieran comunidades nacionales, una de ellas sería Galicia, y que otro tanto sucedería y se utilizaran cualquier de las otras dos expresiones.
Abundó después en esta cuestión al afirmar que los socialistas gallegos no hacen de la autodenominación de las autonomías una "cuestión de principios". Según recalcó, Galicia, por su historia, su lengua y su cultura, parte de que su carácter nacional se configure por la voluntad de los ciudadanos, y que tal y como se propugna para el nuevo Estatuto de Autonomía, es una "nación dentro de una nación de naciones". Pero matizó que esta cuestión no es una "dificultas insalvable" para su reconocimiento e identidad y que por tanto no es necesario reformar para ello el artículo II de la Constitución española. Es más, señaló que en su Comunidad no es una cuestión "prioritaria ni fundamental".
GALICIA YA NO ES SEGUNDA VELOCIDAD
Dicho esto, se mostró convencido de la necesidad de generar un espacio propicio para la multilateralidad y aseguró que el problema no es tanto la identidad de los territorios como la construcción de un proyecto de convivencia. "Galicia --indicó-- aspira a dejar de estar en la España de la segunda velocidad y necesita de un Estado que sea un instrumento de cohesión y de igualdad". A este respecto, y tras dejar claro su rechazo a los intentos por "romper los lazos de solidaridad", apostó también por complementar la multilateralidad impulsada mediante la reforma del Senado y la Conferencia de Presidentes, con la cogobernanza, esto es, con la participación activa de las CC.AA. en la gobernabilidad del Estado.
También se refirió a la financiación autonómica como uno de los problemas "no resueltos" a este respecto, motivado sobre todo por la asimetría financiera entre las autonomías de régimen común y las de régimen foral. Así, Touriño consideró la necesidad de alcanzar un acuerdo que avance hacia la convergencia de resultados, ya que lo contrario generaría un "agravio y un conflicto asegurado". También se mostró partidario de dotar a las CC.AA. de un espacio fiscal propio para darles autonomía financiera y corresponsabilidad, remarcando la necesidad de impulsar agencias tributarias autonómicas coordinadas con la estatal El líder del PSdeG dejó claro que la intención de Galicia es "jugar un papel en una España que puede ser cohesionada y plural a la vez que puede pensar en términos de reconocimiento de la diversidad y en términos de la diferencia".
COMO CATALUÑA Y EUSKADI
"Galicia estará siempre en el reconocimiento pleno de su identidad nacional como Cataluña o como Euskadi, pero al mismo tiempo es fundamental que se mantengan los lazos de cohesión, y por tanto, no vemos bien los planteamientos de aquellos otros que creen que es necesario transparentar las relaciones económicas a través de balanzas fiscales y a partir de ahí definir modelos de financiación. No creemos que ese sea el camino porque España no se define el términos fiscales", agregó. "En España --enfatizó-- no es posible un proyecto de cohesión nacional que no esté basado en la diversidad y no es viable la diversidad si no es dentro de un proyecto compartido de cohesión y solidaridad" Touriño se pronunciaba así tras ser preguntado por su inclinación ante los modelos territoriales defendidos por los presidentes catalán, Pasqual Maragall, y extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Insistió en que la ecuación a resolver es la de cohesión y diversidad como elementos "complementarios", pero eludió posicionarse en un modelo o en otro, alegando que tanto Maragall como Ibarra se expresan desde la lógica del que ha vivido y hecho política en una comunidad autónoma determinada.
Por ello, dijo que él, como gallego, defiende la óptica gallega de defensa de su lengua, su historia y su cultura como comunidad diferenciada, si bien precisó de nuevo que puede llamársele comunidad nacional o nacionalidad histórica "como ya la llama la Constitución española, aquella que nos ha traído hasta aquí, sin que nadie se haya rasgado las vestiduras en 25 años de paz y de convivencia.