Los golpistas pusieron a González y Guerra cara a la pared

Santiago Carrillo recuerda en el Fórum Europa

Los golpistas pusieron a González y Guerra cara a la pared

Patrocinado por Asisa, BT y Red Eléctrica de España


 

MADRID, 23 de febrero. El que fuera líder del PCE en el momento de la intentona golpista del 23 de febrero de 1981, Santiago Carrillo, rememoró hoy en el Fórum Europa las horas que pasó secuestrado en el Congreso de los Diputados por los guardias civiles dirigidos por Antonio Tejero y explicó que los golpistas pusieron a Felipe González y a Alfonso Guerra mirando a la pared.

Carrillo hizo memoria de aquellas horas durante su intervención en el citado acto informativo, organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum con motivo del 30 aniversario del 23-F.

Preguntado por el trato que recibió durante su secuestro, el ex secretario general del PCE relató cómo fue separado del resto de los diputados junto a Manuel Gutiérrez Mellado, Felipe González y Alfonso Guerra y trasladado a otra dependencia.

Los golpistas, explicó, “hicieron sentarse (a González y a Guerra) mirando a la pared”, pero a “Gutiérrez Mellado y a mí nadie nos planteó eso”.

Carrillo recordó que en el momento en que Tejero entró en el Hemiciclo, él fue uno de los diputados que no se tiró al suelo porque su preocupación en ese momento “era la Historia. No tirarse al suelo era pensar en el honor del Congreso, era pensar en el honor de partido y de mi militancia comunista”.

Aseguró que sólo vivió un momento algo tenso cuando el guardia que le vigilaba comenzó a sudar y a jugar con el seguro del fusil Cetme que llevaba. Al final el guardian fue relevado de su responsabilidad. “Maltrato o grosería tampoco hubo”, aseguró.

LEGALIZACIÓN DEL PCE

Otro de los momentos que recordó fue la conversación de seis horas que mantuvo con el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, el 27 de febrero de 1977 en un chalé de Aravaca. Fue el momento en que Carrillo tuvo la seguridad de que el PCE iba a ser legalizado aunque nos hablaron expresamente de ello.

Carrillo insistió en que en ese encuentro hablaron de la situación del país y de las posibles soluciones. “Sin que él me pidiera que me comprometiera a nada y sin que yo le exigiera algo, terminamos dándonos cuenta de que estábamos de acuerdo. Yo salí de esa reunión convencido de que la legalización era cuestión de semanas”, manifestó.

El veterano dirigente comunista elogió el trabajo hecho en la transición por Suárez, al que se refirió como un “auténtico revolucionario popular”, y afirmó que la Constitución de 1978 fue “increíblemente avanzada para las condiciones en las que se hizo”.