En un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en Bilbao, Urkullu aclaró que “nadie se fija” en cuál es el cómputo total de traslados de presos que se ha dado este año que ha sido de más de 100 traslados, sino que se fijan solamente cuando se habla de traslados de exmiembros de ETA, que representa el 10% “del cómputo total” de los traslados.
 
En este sentido, Urkullu comentó que el traslado de presos a cárceles vascas responde a una cuestión como consecuencia del derecho de las personas privadas de libertad, “no solamente de los que pertenecen a ETA”, a que cumplan su condena en los lugares más próximos y cercanos a su lugar de residencia o su lugar de origen.
 
“Es una cuestión derivada de la aplicación de la legislación penitenciaria y de la propia Constitución española que tiene como propósito la reinserción o la resocialización de las personas privadas de libertad”, dijo, al tiempo que explicó que este acercamiento de presos responde tiene otra función que es no ejercer un “castigo” a familiares o allegados de los presos.
 
Pese a ello, aseguró que entiendo que “desde una posición ética y además con una reivindicación permanente de lo que pueda ser el reconocimiento del daño injusto causado que todavía está pendiente” el acercamiento de presos de ETA “mueva sentimientos” en los colectivos de víctimas o en partidos políticos “que han sufrido en su seno este ejercicio” por parte de la banda terrorista.
 
Preguntado sobre las luces que existen en la gestión de las prisiones por parte del Gobierno vaso, Urkullu destacó haber podido obtener la transferencia de los centros penitenciarios y también que hay luces en cuanto al tratamiento de las mujeres en situación de prisión, especialmente aquellas que son madres y tienen a su cargo niños pequeños.