Así lo manifestó Miguel Ángel Moratinos en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, en respuesta a una pregunta sobre los pasos a dar para conseguir que la ONU tenga un papel más relevante e impositivo en los conflictos, y la dificultad que supone el derecho de veto de determinados Estados. 

Moratinos consideró que la ONU fue “el primer avance democratizador de la comunidad internacional”, pero señaló que la sociedad del siglo XXI no es la sociedad del siglo XX y por tanto el Consejo de Seguridad “ya no es capaz de cambiar sus estructuras, su procedimiento para poder acudir y resolver los problemas y conflictos del mundo”. 

“Estamos en ese momento de transición, el secretario general Naciones Unidas ha propuesto para septiembre el pacto del futuro, la cumbre del futuro para la reforma del sistema Naciones Unidas”, recordó, pero advirtió que con el tiempo “los Estados, las personas se hacen muy conservadoras”. 

En la actualidad “estamos viviendo estamos una especie de Tercera Guerra Mundial, en una especie de conflicto permanente y por lo tanto lo que se necesita es una democratización fuerte de Naciones Unidas”, remarcó. 

No obstante, dijo, hasta que se llegue a la convicción de la necesidad de esa reforma de la ONU, será difícil convencer a los Estados que mandan: “yo condeno toda utilización del veto porque paraliza”, afirmó. 

Ante la imposibilidad de convencer “por los métodos habituales actuales a los cinco miembros permanentes de que no utilicen el veto”, la propuesta que deslizó fue reforzar la Asamblea General, “qué es el cuerpo representativo de la comunidad internacional”. 

“Si tú tienes 193 o 194 países que claman, que exigen, que demandan una serie de cuestiones esenciales, la presión será cada vez mayor” reflexionó, y entonces, agregó “el pequeño club se va a hacer cada vez más irrelevante” y “se van a dar ellos mismos cuentas de que ya no cuentan en el mundo porque el mundo está cambiando”.