Bono enumeró como “piedra de escándalo” dos datos de la ONU sobre las desigualdades que ocurren en el mundo: “Con lo que los europeos gastamos en comer helado se resolvería el problema del hambre en el mundo; con lo que los norteamericanos gastan en dar de comer a sus animales domésticos se resolvería el problema del hambre en el mundo. Y ahí seguimos con la historia cínica de que sea lo que Dios quiera. Es un cuento”.

El presidente del Congreso ensalzó la figura del padre Ángel, de quien dijo que “no ha querido ser obispo, diputado, banquero, ni tener poder relacionado con el dinero. No tiene otro poder que el que le viene de su propia fe”.

”No está mal que los políticos defiendan sus programas y sus partidos. Los eclesiásticos defienden sus dogmas y sus iglesias y tampoco está mal que lo hagan. Los diplomáticos pueden defender a sus países y tampoco está mal. Pero, ¿quién defiende a los que no tienen ni país, ni patria, ni pan, ni salud, ni banco, ni televisión, ni periódico, ni voto, ni casa, ni elementos suficientes para poder vivir? El padre Ángel defiende a esta parte”, concluyó.