El prelado navarro, protagonista en este acto organizado en Bilbao por Nueva Economía Fórum, respondió de esta forma a una consulta sobre la dificultad de acercar la Iglesia a los jóvenes, que en palabras de Elizalde viven en un “entorno cultural nefasto”.
 
“No seamos hipócritas. Plantear a los jóvenes una generosidad total, un olvido de sí mismos, claro que da la felicidad. Pero no se puede orientar a los jóvenes en algo completamente diferente al planteamiento plano de la vida y luego exigir que cultiven lo espiritual”, adujo.
 
Sin embargo, el religioso aseveró que “constantemente” hay jóvenes que acuden a la Iglesia para hablar con los sacerdotes y encontrar las respuestas que no encuentran en “lo que la sociedad les brinda”. “A la minoría de jóvenes que vive en la fe cristiana hay que hacerles un monumento, porque tienen los mismos motivos que sus amigos para ser felices, por ser jóvenes, más el plus de la fe”, alegó.
 
El religioso considera que hay una progresiva involucración de los jóvenes en los planes pastorales. Como ejemplo citó el caso de Vitoria, donde hay grupos que “viven” la fe y se autogestionan en su organización y sus previsiones. “Es algo contagioso”, manifestó.
 
REFUGIADOS Y PEDERASTIA
 
Elizalde fue interrogado también por el papel de la Iglesia católica en ámbitos como la crisis de los refugiados y la pederastia. Sobre la primera cuestión, el obispo de Vitoria reconoció que, si bien hay cosas que se están “haciendo bien”, hay “una gran parte” que mira “hacia otro lado”. “Es una vergüenza, es evidente también”, lamentó el prelado, que reiteró que en la sociedad actual impera “un planteamiento absolutamente defensivo y narcisista”.
 
Por otro lado, afirmó que la Iglesia está trabajando “bien y con transparencia” en la lucha contra la pederastia. Según Elizalde, ha asumido con “valentía” la “responsabilidad de colaborar” con las instituciones y de tomar la iniciativa en esta lacra.